La mejor forma de homenajear al dramaturgo chiapaneco es montarlo, leerlo y disfrutarlo

Karla Gómez Noticias

Carlos Olmos (8 de diciembre de 1947-13 de octubre de 2003), es uno de los dramaturgos más prolíferos de Chiapas. Un total de 13 obras de teatro de su autoría, pueden leerse en la edición que publicó el Fondo de Cultura Económica, donde se puede  conocer esos escenarios que construía a través de la observación y la escucha; además, de las diferentes temáticas que abordaba. De igual forma, fue guionista de telenovela, como Cuna de Lobos, considerada una de las telenovelas más exitosas del siglo XX.

De niño vivió en Tapachula de Córdova y Ordóñez, posteriormente llegó a Tuxtla Gutiérrez donde inició su formación para luego ser parte del grupo de teatro Debutantes 15, en uno de los años de mayor propuesta teatral que tuvo la ciudad capital.

“El autor de El Eclipse, fue homenajeado con un eclipse, en su vigésimo aniversario luctuoso”, menciona en una charla Roberto Ramos, geógrafo y promotor cultural. En tanto, agrega que, dicha obra fue situada en una playa chiapaneca: Puerto Arista.

“Chiapas está de alguna manera en la obra de Carlos, con pequeños detalles y algunas menciones, como Atardecer en el Trópico, el cual se sabe que se desarrolla en Tapachula, su tierra”, indica.

Roberto Ramos  resalta que a este autor se le debe uno de los grandes fenómenos y sucesos, del siglo XX: Aventurera.

 Durante la charla que dio en el Auditorio del C.E.B.E.CH., Ramos coincidió con los estudiosos de Olmos, ya que se le considera realista y barroco, regionalista y universal, vanguardista y popular: “Olmos fue un dramaturgo con facetas divergente y a veces contradictorias. Su trabajo como guionista de telenovela lo desacreditó a los ojos de los pedantes. Sin embargo, la comunidad teatral le tuvo admiración y respeto a Carlos, también, él pensaba en el público. El mejor homenaje es montarlo, disfrútalo y leerlo.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Carlos Olmos, un realista y vanguardista