Alejandra Chávez CORRESPONSAL / NOTICIAS

Hace millones de años, los árboles de bosque o manglares ahora extintos, produjeron depósitos de resina que se transformaron en lo que ahora conocemos como una de las gemas más hermosas de la naturaleza: el ámbar de Simojovel de Allende es uno de los municipios de Chiapas de donde se extrae de minas está piedra semipreciosa.
Don Enoch Pérez es uno de ellos, su trabajo lo realiza rudimentariamente es de los pocos artesanos que aún trabaja está reciba de forma manual. A sus 52 años heredó esta tradición a sus cinco hijos.
Sandra Griselda Pérez Gómez, tiene 29 años, es hija de don Enoch y tras casarse salió de casa y se estableció con su esposo en Ocosingo.
Orgullosa de la herencia dada por su padre, realiza este trabajo en este municipio de la zona selva de Chiapas.
“Se siente bonito porque entregas parte de ti a quien te compra, nosotros trabajamos con amor, con dedicación, para vendérselo a la gente” explicó la artesana.
Orgullosa de su padre, de sus enseñanzas Griselda con entusiasmo relató “me gusta preservar esto aquí en Ocosingo y llevar prácticamente el nombre de él. Quiero preservar esto porque es lo que me ha enseñado desde mi niñez”.
Reconoce que muchos de sus clientes los obtuvo gracias al trabajo que durante 27 años ha realizado su padre; al ver sus piezas destacan la buena enseñanza y la confianza que proporciona de obtener piezas que son de calidad.
El Ámbar es considerada una piedra semipreciosa de origen vegetal, es utilizada en Chiapas como protección en los bebés para el mal de ojo y en los adultos para malas vibras, reconocerlo es fácil pues la pieza se rompe o se agrieta, se dice que recepción lo que deseaban depositar en ti.
De acuerdo con los científicos, el ámbar de Chiapas data de entre 22.5 y 26 millones de años.

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El Ámbar es considerada una piedra semipreciosa de origen vegetal, es utilizada en Chiapas como protección en los bebés para el mal de ojo.
Foto: Alejandra Chávez