Por Karla Gómez NOTICIAS
En una sorprendente revelación arqueológica, a dos metros bajo la transitada avenida Chapultepec en la Ciudad de México, un equipo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha descubierto los vestigios de un antiguo puerto y un canal prehispánico. Este hallazgo se ubica en lo que antiguamente fue la playa de una península, al pie del histórico cerro del Chapulín.
El descubrimiento ocurrió durante la supervisión de las obras de un túnel cercano a la estación Chapultepec del Metro. Bajo la dirección de la arqueóloga María de Lourdes López Camacho, los especialistas identificaron varias secciones de un cauce artificial y, recientemente, encontraron un pequeño puerto, donde presumiblemente atracaban canoas que conectaban esta zona con el lago de Texcoco.
El segmento mejor conservado del canal, flanqueado por una fina capa de arena, yace bajo el arroyo vehicular de la avenida Chapultepec, cerca de la calle Lieja. Esta área fue el asentamiento de San Miguel Chapultepec, cuyo trazado habitacional quedó oculto bajo modernas construcciones. La investigadora del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, señala que el descubrimiento es excepcional, dado que el área ha sido altamente intervenida desde finales del siglo XIX.
“Este canal fue parte de una importante red de ‘caminos de agua’”, explica López Camacho. Los habitantes de la época prehispánica transitaban entre los canales y los caminos de tierra paralelos, creando un sistema de comunicación fluido y eficiente. Además, la experta apunta que el canal está documentado en el Mapa de Uppsala (ca. 1550), donde aparece una canoa en movimiento, confirmando su relevancia como vía navegable.
El canal, de 1.80 metros de ancho, aunque angosto, era suficiente para permitir el paso de embarcaciones menores, esenciales para la vida cotidiana y el comercio en la región lacustre del valle de México. En el centro de la excavación, se ha identificado el fondo del canal junto a restos botánicos característicos de ambientes lacustres, como semillas, maderas y pequeños moluscos, lo que refleja la riqueza natural del entorno.
Liliana Márquez Escoto, jefa de la excavación, destaca la complejidad técnica del canal, consolidado con pilotes de madera, lo que evitaba el colapso de sus paredes. Los arqueólogos han descubierto 40 pilotes de madera que formaban parte del posible muelle, algunos de los cuales serán analizados por la Subdirección de Laboratorios del INAH.
Entre los hallazgos más interesantes se encuentra una colección de piezas cerámicas, restauradas por el equipo del Museo Nacional de Historia. Estas incluyen braceros, sahumadores y vasijas con símbolos solares y representaciones rituales. Estos objetos, probablemente ofrendas, ofrecen una visión del uso ceremonial del canal en el periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.).
Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la vida cotidiana y ceremonial de los habitantes prehispánicos de la cuenca de México, sino que también nos recuerda la profunda transformación del paisaje urbano y lacustre de la ciudad a lo largo de los siglos.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Este descubrimiento no solo arroja luz sobre la vida cotidiana y ceremonial de los habitantes prehispánicos de la cuenca de México.