Karla Gómez NOTICIAS
Desde hace más de seis décadas, Mauro Habacuc Avendaño Luis ha dedicado su vida al teñido de hilo con caracol púrpura, una técnica prehispánica originaria de Oaxaca, que conecta a las comunidades locales con su historia y naturaleza. En 1956, a los 15 años, Mauro llegó a Huatulco, donde su tío le enseñó esta práctica ancestral, que hoy conserva junto a otros 14 artesanos en la cooperativa de teñidores de Pinotepa de Don Luis, el último bastión de este oficio en la región.
El proceso de teñido con caracol púrpura es meticuloso y respetuoso con la naturaleza. Para «ordeñar» el caracol, los artesanos utilizan una estaca de madera para desprenderlo de las rocas, de donde libera una sustancia viscosa que, al entrar en contacto con el hilo de algodón, lo transforma en tonos que van del blanco al verde y finalmente al morado. Lo más importante, explica Mauro, es no dañar al molusco, sino devolverlo a su hábitat tras cada extracción, respetando la vida del caracol.
Este arte es un legado familiar, pues los hijos de Mauro, junto a sus esposas, también son teñidores, y la producción de las prendas se complementa con el trabajo de sus esposas, quienes tejen y bordan las piezas en telar de cintura. El esfuerzo colectivo no solo preserva esta tradición, sino que también enfrenta desafíos, como la presión del turismo y la contaminación, que amenazan el hábitat del caracol.
A pesar de que el caracol púrpura no está en peligro de extinción, su población se ve afectada por estos factores, por lo que los artesanos cuentan con permisos especiales para extraerlo del Parque Nacional de Huatulco, protegiendo así su ecosistema. Sin embargo, el acceso a los lugares donde habitan los caracoles requiere largos viajes, que en tiempos pasados podían tomar hasta ocho días a pie.
A día de hoy, Mauro sigue siendo un referente en la conservación de esta técnica, transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones y defendiendo el legado cultural que su tío le enseñó. Su trabajo no solo es un arte, sino una resistencia cultural que mantiene viva una tradición que, a pesar de las adversidades, sigue conectando al ser humano con su historia y su entorno natural.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Un trabajo familiar y colectivo.