El evento, tuvo lugar en el marco del Circuito Cervantino

Karla Gómez Noticias

En una noche mágica en el icónico Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México, la compañía Beijing Dance Theater ofreció un espectáculo que fusionó la música y la danza en una celebración del arte del movimiento. Este evento, que tuvo lugar en el marco del Circuito Cervantino, se convirtió en un auténtico poema visual que dejó al público maravillado y reflexionando sobre la humanidad.

La presentación contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) y el Festival Internacional Cervantino (FIC), que se han unido para traer esta destacada compañía de danza a la capital mexicana.

Entre el público que asistió al Palacio de Bellas Artes, se encontraban jóvenes y adultos, pero destacó la presencia de la comunidad china en México, que aplaudió con entusiasmo y emoción cada una de las piezas interpretadas.

Bajo la dirección de la talentosa coreógrafa china Wang Yuanyuan, la Beijing Dance Theater presentó un programa que incluyó tres coreografías de danza clásica y contemporánea. Estas coreografías exploraron temas tan diversos como la inocencia, el significado del amor y la conexión entre el hombre y la mujer, todo a través de los cuerpos en movimiento y la música.

El programa, titulado «Tres Poemas», incluyó las coreografías «Manzana Envenenada», «Wu I» y «El Ruiseñor y la Rosa». A pesar de la diversidad de temas, estas piezas se fusionaron de manera sorprendentemente coherente en el escenario, gracias a la fuerza emocional de los bailarines y la música que varió desde contemporánea con matices de jazz hasta piezas propias del repertorio clásico.

La primera coreografía, «Manzana Envenenada», exploró el mito de Adán y Eva y el Jardín del Edén, llevando al público en un viaje de reflexión sobre la conexión entre el hombre y la mujer y el nacimiento de la humanidad. La música contemporánea acentuó la exploración de la inocencia y el amor puro.

La segunda pieza, «Wu I», mezcló danza clásica y contemporánea para explorar temas de guerra en busca del amor y la amistad. Los bailarines manejaron espadas como una metáfora del amor, demostrando que la danza puede expresar una amplia gama de emociones y experiencias humanas.

La noche culminó con la coreografía «El Ruiseñor y la Rosa», basada en el texto de Oscar Wilde. Esta pieza, más enfocada en el ballet y la música clásica, narró la historia de un joven que se enamora de una chica y hace un sacrificio extraordinario para complacerla. A través de los cuerpos en movimiento, la coreografía exploró temas de amor y el sentido de valor en la sociedad.

Con este programa basado en poemas, la Beijing Dance Theater demostró su capacidad para combinar la danza clásica y contemporánea de una manera única y emotiva. La compañía, fundada en 2008 por la coreógrafa Wang Yuanyuan, se ha destacado en todo el mundo por su estilo distintivo y su estética moderna, consolidándose como una referencia en la danza contemporánea.

La presentación de la Beijing Dance Theater en el Palacio de Bellas Artes fue una noche de ensueño y reflexión, donde la danza se convirtió en un auténtico lenguaje poético. Esta compañía dejó una profunda impresión en el público mexicano y reafirmó su lugar de privilegio en el mundo de la danza contemporánea.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: Una noche mágica en el icónico Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.