Karla Gómez NOTICIAS

La exposición Félix Blume: variaciones sobre el murmullo ofrece una experiencia única en el Laboratorio Arte Alameda (LAA) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), invitando al público a redescubrir los sonidos naturales desde una perspectiva profundamente sensorial. Compuesta por seis instalaciones de audio, la muestra explora la sonoridad de la naturaleza y su capacidad para transformar nuestra percepción del entorno.

Bajo la curaduría de José Luis Barrios, filósofo e historiador del arte, la exposición permanecerá abierta hasta el 2 de marzo de 2025 en el LAA, un espacio conocido por su vinculación con propuestas innovadoras y experimentales en el arte contemporáneo. La exposición no solo propone una reflexión estética, sino también una invitación a escuchar activamente los sonidos que nos rodean, revelando una sinfonía natural que generalmente pasa desapercibida en el ajetreo cotidiano.

Félix Blume, el artista detrás de esta propuesta, es un reconocido creador de instalaciones sonoras e ingeniero de sonido de nacionalidad francesa. Formado en la escuela de cine INSAS en Bélgica, Blume ha desarrollado una extensa trayectoria en la que el sonido se convierte en el principal protagonista. A lo largo de su carrera, ha llevado a cabo proyectos en México y América Latina, utilizando el sonido para generar experiencias sensoriales que abren nuevas formas de interacción con el espacio y el entorno.

La muestra se presenta como un conjunto de variaciones sonoras que exploran el murmullo, un sonido sutil pero constante, que solo se percibe al detenerse y escuchar en silencio. Con su trabajo, Blume invita al público a pausar su ritmo y sumergirse en una escucha profunda, donde el sonido no solo es el protagonista, sino también un medio para reflexionar sobre nuestra relación con el medio ambiente.

En su obra, el video y la instalación son herramientas que Blume utiliza para mediar la experiencia sonora, creando piezas que van más allá de lo visual para sumergir al espectador en una atmósfera auditiva que exige una escucha atenta y consciente. El murmullo, ese sonido imperceptible pero omnipresente, se convierte en el hilo conductor de la exposición, invitando al visitante a una experiencia introspectiva que revela la riqueza sonora que habitualmente pasa desapercibida.

La respuesta del público ha sido notablemente positiva, participando activamente en las actividades relacionadas con la exposición y demostrando el interés por explorar nuevos lenguajes artísticos que desafían las formas tradicionales de percepción. Con esta exposición, Blume logra que el arte sonoro se convierta en una vía para sensibilizar sobre la importancia del sonido en nuestra vida cotidiana y en el entendimiento de nuestro entorno.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: En su obra, el video y la instalación son herramientas que Blume utiliza para mediar la experiencia sonora.