Karla Gómez NOTICIAS

En el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) organizó una serie de actividades en el Complejo Cultural Los Pinos, para promover y preservar las lenguas originarias de México y Latinoamérica. La jornada, celebrada en la Plaza Jacarandas, inició con la instalación 6 lenguas, 6 mundos de la Compañía Ars Vita Títeres, donde los asistentes disfrutaron de relatos en lenguas indígenas como teenek, mixteco, hñahñú, totonaco, náhuatl y tepehua. Utilizando cajas lambe-lambe, las historias se narraron en tres minutos combinando títeres y tecnología.
Emanuel Vega, creador del proyecto, destacó la importancia de esta instalación para visibilizar la diversidad lingüística del país: “Cada caja es un fragmento de una lengua, con subtítulos en español para mayor accesibilidad”. La instalación generó diálogos entre hablantes de lenguas originarias y asistentes que descubrían estas lenguas por primera vez, reafirmando la necesidad de preservar y difundir las lenguas indígenas.
El colectivo teatral Hombres y Mujeres Jaguares, de Tacotalpa, Tabasco, presentó una ceremonia tradicional en lengua ch’ol, seguida de la Danza de la Jícara, con música de flauta de carrizo y tambores. También interpretaron la obra La Partería, que narra el rol de las parteras y el conocimiento ancestral en el cuidado de la mujer embarazada en las comunidades antes del acceso a servicios médicos.
Para cerrar la jornada, el grupo colombiano Zarigüeya ofreció un concierto en lengua myskubun, fusionando música campesina y sonidos contemporáneos, con canciones que reflejan la vida campesina y el respeto por la naturaleza.
El evento, que conmemora la proclamación de la UNESCO en 1999 para preservar las lenguas maternas, refuerza el compromiso con la diversidad lingüística de México, donde existen 68 lenguas indígenas nacionales, cada una con su propia riqueza cultural.
Foto: Cortesía
Pie de foto: El colectivo teatral Hombres y Mujeres Jaguares, de Tacotalpa, Tabasco, presentó una ceremonia tradicional en lengua ch’ol, seguida de la Danza de la Jícara, con música de flauta de carrizo y tambores.