Se destaca la labor de la arqueóloga responsable del descubrimiento del Templo Mayor de Tlatelolco en 1944
Isabel Nigenda
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En el ciclo «Mujeres: aportes a la historia, el arte y otras ciencias sociales», se destaca la labor de Antonieta Espejo Vázquez del Mercado, la arqueóloga responsable del descubrimiento del Templo Mayor de Tlatelolco en 1944. A pesar de su importante contribución, su figura fue relegada en la nota preliminar del libro «Tlatelolco a través de los tiempos» (1945) donde solo es mencionada como «señora». Ahora, se busca revalorizar su legado.
En una actividad organizada por la Academia Mexicana de la Historia, Salvador Guilliem Arroyo, coordinador del Proyecto Tlatelolco del INAH, trazó el perfil de Antonieta Espejo. Utilizando imágenes inéditas de su trabajo en Tlatelolco, resguardadas en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, se destacaron sus logros, como la creación del primer museo de sitio en la zona arqueológica y la excavación de la Etapa II del Templo Mayor.
Espejo también contribuyó a devolver la iglesia de Santiago, utilizada como almacén de explosivos, al culto franciscano. Esto allanó el camino para que en 1946, durante la presidencia de Manuel Ávila Camacho, los terrenos del antiguo convento, que se encontraban bajo control militar, fueran cedidos al INAH por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Las imágenes revelan el pequeño cuarto adyacente a la parroquia, donde Espejo montó el primer museo de sitio. También se observan un viejo árbol y bloques de cantera dispersos frente al templo, el lugar donde comenzaron las exploraciones el 8 de abril de 1944. En las fotos aparecen tanto hombres como mujeres, estas últimas vestidas con holanes, que aparentemente acudían por otras razones pero terminaban participando en las excavaciones.

Guilliem Arroyo resaltó la importancia de los pozos excavados por Espejo, que en realidad se convirtieron en calas en busca del Templo Mayor. Estas excavaciones revelaron la etapa constructiva más antigua de Tlatelolco y permitieron comparar el Templo Mayor con Tenayuca y el Templo Mayor de Tenochtitlan descubierto por Manuel Gamio. Estos tres sitios parecen haberse desarrollado en paralelo.
A pesar de su escasa mención en la nota preliminar de Tlatelolco a través de los tiempos, Antonieta Espejo fue consultada y elogiada en periódicos que informaban sobre los avances de los descubrimientos, incluso por algún novelista extranjero. Su trabajo fue reconocido, como se puede leer en uno de los diarios: «La culta y dinámica arqueóloga, señora Antonieta Espejo, mostrando a Joyce Davlin la alfarda y la gradería de la estructura».
El archivo resguardado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia contiene aún más imágenes y documentos sobre Antonieta Espejo, incluyendo aspectos etnográficos poco explorados.