Karla Gómez NOTICIAS

El Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM) conmemoró el 751 aniversario luctuoso de Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī, uno de los poetas más influyentes de la historia, con un homenaje en el que se recordó su vida, su obra y su legado espiritual. Fundador de la cofradía sufí de los derviches giróvagos, Rūmī dejó una huella imborrable en la literatura y la mística islámica, destacando su monumental obra Mathnawî, conocida como el Corán persa, que recoge casi 40,000 versos llenos de sabiduría espiritual.
El evento, organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), surgió a raíz del interés despertado por la apertura de la Sala Türkiye. Crisol de culturas en 2023, que presenta 61 piezas del patrimonio cultural turco. Ante más de 80 asistentes, la directora del MNCM, Alejandra Gómez Colorado, destacó la importancia de este homenaje, que se llevó a cabo en la Sala Eusebio Dávalos, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México.
El homenaje consistió en dos actividades principales. La primera fue la conferencia Rumi indispensable. Su mensaje tan decisivo hoy como hace casi mil años, impartida por la ministra de culto de la Orden Sufí Nur Ashki al Jerráhi, Amina Teslima al Jerráhi. En su exposición, Amina Teslima relató cómo los textos de Rūmī, especialmente Mathnawî, tuvieron un notable éxito en Europa y Estados Unidos durante los años 90, extendiendo su mensaje a más de 50 idiomas. La ministra enfatizó que la obra de Rūmī, considerada como una destilación del conocimiento islámico, sigue siendo tan relevante hoy como en su época.
Durante la conferencia, Amina Teslima recitó algunos de los versos más emblemáticos de Rūmī, entre los cuales destacó la frase: “quien es arrojado lejos de su cuna o de su raíz, anhela el instante de la unión”, que refleja el camino espiritual del sufismo. Este camino, según la ministra de culto, tiene como objetivo purificar el corazón humano y enfocarse en el reino espiritual, por encima de las limitaciones físicas y temporales. “Todo lo que Mevlana (Rūmī) creó tiene la intención de estimular los corazones de aquellos que, como él, desean tocar la fuente de toda existencia”, agregó Amina Teslima.
La relevancia de Rūmī en la actualidad fue subrayada por la ministra, quien destacó cómo sus palabras resuenan en el contexto global actual, mencionando los dolorosos eventos del genocidio en Gaza, un sufrimiento que también vivió el propio Rūmī al verse obligado a huir de su tierra natal durante la invasión mongola.
La segunda parte del homenaje fue el ritual de los derviches giradores, conocido como Semâ, realizado por los discípulos de la Orden Sufí Nur Ashki al Jerráhi. Acompañados por los músicos Ahmed, Abdl Azím, Ramadán y Nasr, los derviches giradores ofrecieron una interpretación del rito, que simboliza la sincronización del ser humano con el movimiento de la Tierra y el universo, un acto que, para el sufismo, está en comunión con “la única realidad”, entendida como Dios.
El homenaje a Rūmī en el MNCM no solo celebró su figura como poeta, sino también su profunda influencia espiritual y filosófica, recordando al público la vigencia de su mensaje y su capacidad para conectar a personas de distintas culturas, creencias y épocas.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: El legado del poeta sufí en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo.