Una confesión compartida y una renuncia al amor que duele y otras culpas impuestas por el patriarcado

Isabel Nigenda
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El Centro Nacional de las Artes (Cenart), institución de la Secretaría de Cultura, presenta Medea en el destierro, una propuesta teatral y performática de María Sánchez que invita a repensarse desde la rabia para volver a abrazar la ternura. Es una reflexión escénica que alude a las Medeas contemporáneas y su dilema ético; una confesión compartida y una renuncia al amor que duele y otras culpas impuestas por el patriarcado.
Medea en el destierro es una propuesta escénica que parte de la conjugación del performance o arte de acción con la interpretación de un texto dramático, lo cual quiere decir que a veces la actriz es Medea, en otras ocasiones es ella misma (fuera de personaje). La actriz, María Sánchez está acompañada por un músico intérprete, Ricardo Lomnitz Soto, quien tiene la voz del coro al mismo tiempo que manipula instrumentos e interpreta la música del espectáculo.
El punto de partida es el mito griego de Medea, en particular la versión de Eurípides; ésta, que llamaremos versión histórica, luego se contrapone con un enfoque que la reescribe con una clara contundencia en defensa del género, con una visión feminista a raíz de los textos de Christa Wolf donde ella se atreve a cuestionar la construcción del mito, es decir, la verdad histórica, en aras de una reconstrucción del relato donde Medea cuenta su versión de las cosas.
En la propuesta escénica de María Sánchez confluyen la acción dramática, acompañada por esbozos del mito donde interactúan la actriz y el músico en escena que hace las veces de corifeo y que representa la visión tradicionalista apegada al mito, mientras esta Medea/mujer contemporánea, ya en su propio destierro, derriba las mentiras que se dijeron de ella y se atreve a contar su verdad.
Medea en el destierro ocurre en un espacio atemporal donde los estímulos visuales, como las acciones, se relacionan en un lugar pequeño cargado de objetos significativos. La delimitación del espacio está demarcada por una cinta que dibuja la prisión de la que Medea sueña con escapar.
La música en vivo y los ambientes sonoros, el video y el hielo que se derrite en escena para mostrar flores congeladas representan la lucha de Medea/Mujer por dejar atrás su rabia y resentimiento para reencontrarse con la ternura y consigo misma. Todos los elementos cobijan y apoyan la actuación de los dos intérpretes en escena. Es una pieza donde toda mujer puede verse reflejada, ya sea por una relación de pareja fallida y cargada de violencias, así como por la construcción externa que han hecho de sí misma.

María Sánchez es actriz, performer e investigadora escénica. Cuenta con una amplia trayectoria escénica. Sus colaboraciones internacionales más destacadas son como actriz en La casa de la fuerza (2010 a 2014), que dirigió y escribió Angélica Liddell, proyecto con el cual se presentó en los festivales de Avignon, de Estrasburgo, de Ginebra, el Odeon de París, el Festival de Otoño en Madrid y el Festival de México en Sídney, Australia.
Ricardo Lomnitz Soto es músico, artista sonoro y escritor nacido en la Ciudad de México. Egresó de la licenciatura en Filosofía de la UNAM. Ha estudiado música en diferentes instituciones, entre las que destacan la Escuela Superior de Música (INBA) y la Academia Yuriko Kuronuma. Ha compuesto música para cine, circo y numerosas obras de teatro, entre las que se encuentran Un gato vagabundo” (2014), Manitas que hablan (2016), El taxi de los peluches (2020) y La peor señora del mundo (2020), entre otras.