Aniversario luctuoso de uno de los gigantes de la samba brasileña

Isabel Nigenda Noticias

El 11 de octubre se celebró el aniversario luctuoso de uno de los gigantes de la samba brasileña, Angenor de Oliveira, mundialmente conocido como Cartola. Nacido en Catete, Río de Janeiro, el 11 de octubre de 1908, Cartola dejó una huella imborrable en la música de Brasil y en la historia de la samba.

Considerado por músicos y críticos como el mayor sambista de la música brasileña, Cartola tuvo un comienzo humilde en el barrio de Catete, Río de Janeiro, pero pasó su infancia en Laranjeiras. Desde temprana edad, su pasión por la música y la samba lo impulsaron a aprender a tocar cavaquinho y guitarra bajo la tutela de su padre. Sin embargo, dificultades financieras llevaron a su familia a mudarse al morro da Mangueira, donde comenzaba a tomar forma una incipiente favela.

Fue en Mangueira que Cartola conoció a Carlos Cachaça, su amigo y compañero de travesuras. Juntos, junto a otros jóvenes, se adentraron en el mundo de la bohemia, la delincuencia y, por supuesto, la samba.

A los 15 años, tras la muerte de su madre, Cartola abandonó sus estudios, habiendo completado apenas la primaria. Para sobrevivir, encontró trabajo como ayudante de obra y comenzó a usar un sombrero hongo como protección contra los desechos que caían en el lugar. Este sombrero le valió el apodo que lo acompañaría de por vida, «Cartola».

Junto con su grupo de amigos sambistas del morro, Cartola fundó el Bloco dos Arengueiros, cuyo núcleo en 1928 daría lugar a la Estação Primeira de Mangueira, una de las escuelas de samba más icónicas de Brasil. Además, Cartola compuso la primera samba para la escuela de samba, titulado «Chega de memanda». Sus composiciones comenzaron a popularizarse en la década de 1930, interpretadas por renombrados artistas como Araci de Almeida, Carmen Miranda, Francisco Alves, Mário Reis y Silvio Caldas.

Sin embargo, en la década de 1940, Cartola desapareció del escenario musical carioca, llegando a ser considerado como fallecido. Durante este misterioso período, se enemistó con sus amigos de Mangueira, enfrentó una grave enfermedad (se cree que fue meningitis) y sufrió la pérdida de Deolinda, la mujer con quien compartía su vida.

Fue en 1956 cuando Cartola fue redescubierto por el periodista Sérgio Porto, también conocido como Stanislaw Ponte Preta. En ese momento, Cartola trabajaba como limpiador de automóviles en Ipanema. Gracias a Porto, Cartola regresó al mundo de la música, participando en programas de radio y componiendo nuevas sambas para grabar. Este renacimiento lo llevó a ser redescubierto por una nueva generación de intérpretes.

En 1964, Cartola y su esposa, Dona Zica, abrieron el Zicartola, un restaurante que se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la samba y la buena comida en Río de Janeiro. A pesar de que el Zicartola cerró sus puertas después de un tiempo, Cartola continuó trabajando en su empleo público y componiendo sus icónicas sambas.

A los 66 años, en 1974, Cartola lanzó su primer álbum en solitario, revitalizando su carrera con clásicos como «As Rosas Não Falam», «O Mundo é um Moinho», «Acontece», «O Sol Nascerá» (junto a Elton Medeiros), «Quem Me Vê Sorrindo» (con Carlos Cachaça), «Cordas de Aço», «Alvorada» y «Alegría». A finales de la década de 1970, se mudó de Mangueira a Jacarepaguá, donde vivió hasta su fallecimiento en 1980.

Cartola dejó un legado inmortal en la música brasileña, siendo recordado como un pionero de la samba y un icono de la cultura carioca. Hoy, en el aniversario de su partida, honramos su memoria y su contribución al mundo de la samba y la música en general.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: Considerado por músicos y críticos como el mayor sambista de la música brasileña.