El evento se realizó en el 90 aniversario

Isabel Nigenda
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La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) han decidido conmemorar la carrera de uno de los grandes muralistas mexicanos, Antonio González Orozco, en el 90 aniversario de su nacimiento. El artista, que falleció en 2020, fue un defensor acérrimo del uso del arte como herramienta para enviar mensajes sociales y recordar la historia mexicana.
González Orozco inició su formación en la pintura y el muralismo a principios de 1950, cuando su padre lo presentó al maestro Leandro Carreón, quien lo acogió como aprendiz. A los 20 años, el artista se trasladó a la Ciudad de México para estudiar en la Academia de San Carlos, donde tuvo la oportunidad de conocer a Diego Rivera, quien sería su maestro durante su último año de estudios.


Tras completar su formación en la Academia, González Orozco regresó a su ciudad natal, Chihuahua, donde impartió clases en la universidad estatal. En 1961, regresó a la Ciudad de México para trabajar como restaurador del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, actividad que realizó paralelamente a su labor creativa. Durante este tiempo, creó los cuadros Retrato de Joaquín de la Cantolla y Rico y Fusilamiento de Agustín de Iturbide, los cuales se exhiben en la Sala Siglo XIX.
Además de sus trabajos murales, González Orozco también se destacó como pintor y grabador. Sus obras en estos formatos retratan la vida cotidiana de la clase popular mexicana y se enmarcan en el realismo poético, al igual que la mayoría de su obra pictórica. Su trabajo ha sido presentado en México, Canadá, Estados Unidos, Polonia, Rumania y Nueva Zelanda.
Entre sus obras más importantes se encuentran los dos murales que creó para la Sala de los Carruajes Históricos del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec. El primero de ellos, Entrada triunfal de Benito Juárez a la Ciudad de México (1967), fue creado para conmemorar el centenario de la restauración de la República y el segundo, Juárez, símbolo de la República frente a la Intervención Francesa (1972), fue creado para conmemorar el centenario del fallecimiento de Benito Juárez. Este último mural es una de las soluciones más emblemáticas que se hayan realizado sobre el Benemérito de las Américas, un símbolo social e histórico de México como país soberano.
La pieza Niño con coco, una serigrafía a color realizada en 1987, forma parte del acervo del Museo Nacional de la Estampa, de la Red de Museos Inbal.
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ha lanzado un sentido recordatorio del artista en sus redes sociales, recordando su legado y su contribución al patrimonio cultural mexicano. La obra de Antonio González Orozco continúa inspirando a las nuevas generaciones de artistas mexicanos y sigue siendo una muestra de la importancia del arte como medio para la reflexión y la memoria histórica.