En entrevista Karla Barajas habla del proceso de creación de la antología

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Cortesía. Pie de foto: La antología está compuesta por 21 capítulos.

En literatura, la palabra amor adquiere diferentes acciones que conllevan a distintos significados, búsquedas o desencuentros entre personajes, quienes de página a página pueden llegar a tornarse generosos, apasionados hasta trágicos, flemáticos, rotos o enfermos, pero siempre anhelantes de experimentar lo que está tras la semiótica del amor, el mismo que puede llegar hacer suspirar o hacer llorar a un lector.
En entrevista, la escritora Karla Barajas habla del proceso de creación tras Amor-es, antología de minificciones mexicanas, cuya idea partió de una invitación hecha por el escritor Pietro Vicari, curador de la Colección Literatura de las Américas, Editorial EOS Villa Digital, Argentina, quien invitó a la escritora a conformar la antología de minificciones con la temática del amor.
“Este libro lo celebra en sus diversas ramas: romántico, filial, materno, fraternal, místico o propio; y sus derivaciones: el erotismo, la sexualidad, el placer y la pasión o el desamor, los mitos del amor romántico, las fases por las que atraviesa hasta ser maduro o desaparecer. Además, dentro de la convocatoria se invitó a escribir narrativas donde figuran deidades prehispánicas, de la sexualidad y la procreación, como Xochiquétzal (diosa de las flores y el amor) o Tlazoltéotl (diosa de la carnalidad)”, comenta Karla Barajas.
Como antologadora, Karla Barajas se planteó el objetivo de explorar el amor en todas sus formas, desde la visión de escritores y escritoras de México, para así dar a conocer historias desde la cosmovisión de diferentes zonas geográficas.
Por ende, la antología está compuesta por 21 capítulos que corresponden a los 21 estados de la República Mexicana que son habitados por los 79 escritores y escritoras que participan en la antología, cuya portada fue realizada por la artista visual Señorita Cafetera. Asimismo, Karla Barajas refiere que las ilustraciones fueron realizadas por: Mónica A. Montoya, Manuel Sauceverde, Kiki Suárez y Sergio Astorga.
Durante la entrevista, Karla Barajas refiere que los y las autoras de la antología buscan dar y compartir con los lectores una visión, una imagen, un momento literario del amor que puede configurarse con: “amores fantasmas, como ecos en nuestra casa; de los que hablamos solo con nosotras; incondicionales, a los que no les importa la apariencia del ser amado, o las huellas que deja el tiempo en la pareja como son la ceguera, el deterioro cognitivo, las estrías y las canas que tanto se ha satanizado. Y el amor de los abuelos que crece en y a pesar de la cotidianidad, o en el oscuro baúl donde se guardan los recuerdos más valorados. El amor que nace del alma a partir de la vista y cada uno de los sentidos y que nos enseñan con el gusto, el olfato y el tacto el inigualable sabor y olor del amor. Los primeros encuentros entre adolescentes, las múltiples formas en que nuestro cuerpo utiliza el lenguaje primitivo, gutural del orgasmo y en que se disfruta del cuerpo del otro. Hay, incluso, minificciones que predijeron la caída de seres amorosos desde un barandal. También se exploran las implicaciones políticas y sociales, como el control a través de los brebajes, amarres, hasta formas de violencia encubiertas por las relaciones matrimoniales, el control y todo aquello que no es amor. Los celos que llevan a algunas mujeres al homicidio y a hombres al feminicidio. Pulsiones y sujetos de pulsión que generan tensiones psíquicas que podrían terminar en violaciones. El estar con alguien como mandato social, utopías emocionales, mitos como que el amor todo lo puede y es capaz de curar hasta la depresión mayor y borrar la ideación suicida”.

Sin el amor, ¿cómo sería la literatura?

Al preguntarla a Karla Barajas “¿Por qué consideraste importante realizar escritos con la temática del amor?”, ella contesta: “Porque es parte de nuestra realidad y es uno de los sentimientos que como diría Guillermo del Toro, ‘adopta la forma de lo que sea que la contenga en ese momento, y aunque puede ser algo muy apacible, también es la fuerza más poderosa y maleable del universo’. No obstante, de ser tema universal, desde la antigüedad hasta hoy, en algunas culturas mexicanas no existe una palabra para designar. La zona geográfica y el idioma que poseemos determina las maneras en que lo concebimos y en la que amamos. Tiene implicaciones políticas, culturales y económicas por eso, puede ser algo hermoso o un instrumento de control, dominación y explotación, al leer cada una de las minificciones podemos sentir empatía porque seguramente atravesamos y reconocemos lo que aquí se cuenta de manera literaria y quizás nos damos cuenta lo que no es amor.
«Desde la antigüedad hasta hoy, en algunas culturas mexicanas no existe una palabra para designar lo que es el amor. La zona geográfica y el idioma que poseemos determina las maneras en que lo concebimos. En una entrevista realizada por Andrés ta Chinikib a Carlos Hernández, licenciado en Lengua y Cultura, explica que ‘El término amar, en la lengua tsotsil no tiene sentido, no existe, porque es la forma de pensar de la cultura occidental, de otro mundo. Para nosotros existe el K’anel, que es el querer y valorar a otros’ (Chinikib, 2021). Le pregunté a Ángel Iván López, pedagogo e integrante de Katarsis Artes Escénicas, quien difunde en redes sociales parte de la cosmovisión del pueblo de sus padres, nacidos en la Sierra Alta de Oaxaca, hablantes de tu´un savi o la lengua del pueblo de la lluvia, conocida también como mixteco, ¿cómo se dice amor en el pueblo de la lluvia? Él respondió, en un mensaje de Messenger, lo siguiente: ‘el concepto de amor como lo conocemos en la visión occidental no existe tal cual en la cosmovisión ñuu savi hasta donde he preguntado, hay temas como aquello que le da vida a las cosas, o el acompañamiento”. Cada persona entiende al amor acorde a su época, experiencias, edad, al entorno y madurez emocional, así que hay distintas respuestas a la pregunta: ¿Qué es el amor?’”, concluye.