Una de las expresiones más significativas del Carnaval es la danza del Napapoketzé, en la cual los jóvenes, con entusiasmo y compromiso, se convierten en protagonistas

Karla Gómez NOTICIAS

La Comunidad Zoque de Tuxtla Gutiérrez, celebra anualmente el Carnaval como una manifestación vibrante de su cultura y herencia. Este evento no solo es una fiesta para el pueblo, sino también un acto de preservación cultural en el que los jóvenes juegan un papel clave. A través de su participación activa, asumen la responsabilidad de garantizar la continuidad de las tradiciones ancestrales que definen la identidad zoque.

Una de las expresiones más significativas del Carnaval es la danza del Napapoketzé, en la cual los jóvenes, con entusiasmo y compromiso, se convierten en protagonistas. Esta danza no es simplemente un espectáculo; es un medio por el cual la comunidad fortalece su conexión con el pasado, evocando sus raíces, mitos y valores. Además, actúa como un vehículo de enseñanza para las nuevas generaciones, promoviendo en ellas un profundo sentido de pertenencia y responsabilidad en la preservación de este legado cultural.

Los jóvenes zoques no son meros espectadores, son los herederos y guardianes de esta práctica ritual, transmitida a lo largo de generaciones. Con cada paso en la danza, reafirman la identidad colectiva de su comunidad y su relevancia en el presente. Este proceso intergeneracional asegura la vitalidad de la tradición, permitiendo que siga siendo una parte esencial de la vida comunitaria en Tuxtla Gutiérrez.

La participación de la juventud en el Carnaval es crucial. Son ellos quienes, al involucrarse de manera activa, aseguran la perpetuidad de una tradición que sigue viva y robusta. En este contexto, la continuidad del Carnaval y su relevancia como símbolo cultural dependen en gran medida de la dedicación de estos jóvenes, quienes, con orgullo, asumen el papel de continuadores de su historia.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: A través de su participación activa, asumen la responsabilidad de garantizar la continuidad de las tradiciones ancestrales que definen la identidad zoque.