Una tradición que comenzó a los 12 años

Karla Gómez NOTICIAS

Felipe de Jesús Horta Tera, originario de Tócuaro, Michoacán, ha dedicado más de 45 años a tallar máscaras en madera, una tradición que comenzó a los 12 años. Heredero de su padre, Eustacio Horta Castillo, Felipe no solo mantiene vivas las técnicas de su comunidad, sino que también las reinventa con cada creación. Sus máscaras, coloridas y vibrantes, representan figuras de diablos, animales y personajes míticos que cobran vida en las festividades tradicionales de la región.

“Aprendí de mi padre, quien fue uno de los primeros mascareros en Tócuaro. Me enseñó la técnica y la responsabilidad de preservar nuestra cultura”, comenta Horta. Las máscaras que él elabora juegan un papel crucial en las danzas y rituales de la comunidad, como las pastorelas y las fiestas del Día de la Candelaria. En particular, las figuras diabólicas destacan por su fuerza visual, simbolizando la lucha entre el bien y el mal.

Además de su impacto local, Felipe ha llevado su arte a nivel internacional. Durante más de 30 años, ha colaborado con centros culturales en Estados Unidos, como el Mesa Art Center en Arizona, donde realiza talleres para niños y adultos. En 2023, sus máscaras llegaron a Europa a través de una exposición en París, gracias a la diseñadora Carla Fernández.

El proceso creativo de Felipe es meticuloso. Utiliza diversas maderas, como copalillo, aguacate y colorín, seleccionadas cuidadosamente según el uso de la máscara. Las más ligeras son preferidas por los danzantes, mientras que las destinadas a coleccionistas o exhibiciones suelen tallarse en maderas más duraderas. Cada máscara es una obra única, tallada en una sola pieza de madera, decorada y pintada con la ayuda de su hija, quien colabora en el taller familiar.

Felipe Horta no solo es un maestro artesano, sino también un embajador cultural que, junto a su familia, continúa compartiendo el arte de las máscaras de Tócuaro con el mundo.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: El proceso creativo de Felipe es meticuloso. Utiliza diversas maderas, como copalillo, aguacate y colorín, seleccionadas cuidadosamente según el uso de la máscara.