Isabel Nigenda
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A diez minutos en vehículo, desde Chiapa de Corzo, Chiapas, se encuentra la comunidad Nuevo Carmen Tonapac, habitada por zoques que se asentaron en este territorio debido a la erupción del Volcán Chichonal en 1982.
Debido a ese fenómeno natural los zoques decidieron continuar sus prácticas en esta región donde los adultos mayores hablan su lengua, florecen el sonido de su identidad.
Sin embargo, en estas tierras los adultos mayores les dieron una encomienda a los jóvenes: «no dejar morir sus tradiciones» y «siempre permanecer vinculado a su cultura y a lo sagrado», cuentan en entrevista algunos señores.
Por ello, como parte de sus tradiciones, celebran a la Virgen de Candelaria y elaboran dos días antes de la celebración, aproximadamente cien velas por casa, de 40 a 90 centímetros de largo, para entregarla a la iglesia y sean de uso litúrgico.
Frente al altar rezan en zoque y recogen las velas que están adornadas de listones de colores. Estas candelas son trasladadas de la casa de los alférez a la iglesia, en compañía de la música de tambor y carrizo y el estruendoso sonido de los cuetes. Previo a la caminata, las y los feligreses y gente de costumbre permanece en la casa de los alférez y, disfrutan de los tamales de frijolito con hoja de piedra y pinol de maíz, caldo de res y tortilla doblada, así como dulce de yuca y nanchi curtido.
» Esta fiesta tradicional zoque, es lo que venimos celebrando, esta tradición y costumbre que nos heredaron estamos viviendo», menciona Pedro Gómez.
«Estamos muy contentos en realizar la celebración, en agradecerle a la virgen por todas las bondades que nos ha dado, y también, porque nos permite compartir la comida». Dicen que esta tierra es seca, pero nos da de comer», indica uno de los alférez.
Asimismo, durante la víspera de la festividad a la Virgen de Candelaria, realizan la Danza del Caballito o Santiago Galicia, dicha danza es integrada de cinco danzantes: Dos moros, un agricultor, una mujer cargando un bebé y el Caballito.