Danzas, música y expresiones artísticas resonaron con el orgullo de su identidad
Karla Gómez NOTICIAS
Tuxtla Gutiérrez se convirtió, una vez más, en el epicentro de la tradición y la cultura chiapaneca al llevar a cabo el Magno Desfile de las Culturas, como parte del Festival El Mequé, la fiesta de todos.
La capital chiapaneca se llenó de vida y color, reviviendo las raíces ancestrales de sus pueblos a través de danzas, música y expresiones artísticas que resonaron con el orgullo de su identidad.
Uno de los momentos más destacados del desfile fue la participación de la Mayordomía Zoque, quienes, en honor a la Virgen del Rosario, llevaron a cabo la emblemática danza Yomo-Etzé, una danza tradicional protagonizada por mujeres, que fue acompañada de música tradicional. Este ritual, cargado de simbolismo religioso y cultural, hizo vibrar el corazón de los asistentes, mostrándoles un fragmento del alma zoque, tan importante para la herencia chiapaneca.
A lo largo del recorrido, los barrios históricos de Tuxtla Gutiérrez –como Niño de Atocha, Cerrito, San Pascualito, y Juy Juy– desfilaron con faroles decorados, un símbolo de la vida nocturna y las fiestas de antaño, que mostraron el fervor y el sentido de comunidad que caracteriza a estos pueblos. Con su paso lleno de orgullo y tradición, los habitantes de estos barrios no solo celebraron su historia, sino que también compartieron su rica herencia con el público.
Un imponente carro alegórico adornado con los símbolos más representativos de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez causó gran admiración. En él se integraron elementos que evocaron la identidad de la capital chiapaneca, dejando una huella imborrable de cultura y pertenencia en cada paso del desfile.
El ritmo de la marimba marcó el tono festivo de la noche, con melodías tradicionales como “Cachito y Rascapetate” y “Pasito Zoque”, que llenaron el aire de alegría y nostalgia. Además, los grupos de danza tradicional y los danzoneros hicieron gala de su destreza y elegancia, cautivando al público con movimientos llenos de gracia y energía. La danza se convirtió en un homenaje vivo a las tradiciones chiapanecas, entrelazando historia, música y movimiento de forma única.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: El desfile reunió a los barrios históricos de Tuxtla Gutiérrez, llenando la ciudad de color, música y tradición.