Venezolanos es la población migrante que más asiste a diario a consumir alimentos en Santo Domingo
Daniela Grajales NOTICIAS

De acuerdo a las mujeres voluntarias del comedor comunitario Santo Domingo de Guzmán, mencionan que este último mes, aumentó el flujo de migrantes a este espacio, anteriormente atendían de 40 a 50 personas diarias, entre locales y foráneas, ahora, está cifra se triplicó, tomando en cuenta que la mayoría que asisten son migrantes.
“Es sorprendente porque este comedor empezó atendiendo un promedio de 40 a 60 personas, ha incrementado el doble de cantidad, hemos llegado a atender hasta 150 personas”, agregó López Vázquez.
Aseguran que la mayor parte de personas locales a quienes les proporcionan alimento y bebida son hombres de la tercera edad y niños vulnerables, pero en primer lugar se encuentran las personas migrantes.
“Un 60% de migrantes y los demás son locales, gente de la periferia, gente desempleada, adultos mayores, niños que trabajan en la calle”, mencionó la voluntaria del comedor comunitario de Santo Domingo de Guzmán.
A diario son más de seis mujeres que se reúnen a un costado de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, la cantidad de comida que preparan es para 130 personas el costo de los alimentos es módico, cinco pesos por platillo.
“Se hace un promedio de 130 comidas diarias, para atender a la misma cantidad de personas, puede ser menos o puede ser más, dependiendo del flujo de migrantes que en estos momentos están atravesando nuestro país”, dijo Mayoli Vázquez, ayudante voluntaria.
Mayoli, refiere que los migrantes a diario llegan a las 12:15 de medio día, para hacer fila y poder obtener un plato de comida y un vaso de refresco, los venezolanos son los que más asisten al comedor comunitario, anteriormente eran haitianos, sin embargo, esto cambió.
“Este mes está fluyendo mucho, hermanos que están viajando de Venezuela, vienen acompañados de sus familias, de sus niños, son personas jóvenes”, enfatizó Mayoli.
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Anteriormente atendían de 40 a 50 personas diarias, está cifra se triplicó, tomando en cuenta que la mayoría que asisten son migrantes.
Foto: Daniela Grajales