Se atienden hasta unos 500 indocumentados quienes son beneficiados con comida, mientras las brigadas médicas atienden a más de 100 personas entre ellos niños, mujeres y mexicanos

Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS

Un grupo de migrantes residentes y una asociación civil, llevaron alimentos a grupos de indocumentados para ayudarlos en su camino a la Frontera Norte de México. – Foto: Sergio García

Un grupo de migrantes residentes y una asociación civil, en la ciudad de Tapachula, Chiapas, llevaron alimentos a grupos de indocumentados para ayudarlos en su camino a la Frontera Norte de México.
Noemi Gómez, es una migrante hondureña, quien viaja con su esposo y sus dos hijos menores, quienes salieron huyendo de la violencia, inseguridad y la pobreza, quién no ha renunciado a su sueño de cruzar México a los Estados Unidos.
“Nosotros venimos migrando desde Honduras, sufriendo las calamidades hemos llegado a Tapachula, donde nos han dado posada a la familia, pero solo para dormir”.
Gómez, contó que en Tapachula, permanecen sin poder trabajar porque no tenemos la CURP, situación que les complica poder seguir su tránsito hacia la Frontera Norte para poder trabajar y superarse.
Esta mujer migrante de 26 años, acudió al parque techado del Malecón de la colonia San Caralampio, donde llegó el grupo de migrantes residentes con alimentos y una unidad móvil con médicos, brindaron consultas y entregaron medicamentos a indocumentados.
Grevil Alvarado, migrante residente y organizador de esta iniciativa en Tapachula, señaló que ante esta ola migratoria en la Frontera Sur, se han organizado para recaudar recursos para otorgar comida, salud, asesoría jurídica gratuita y para aquellas personas que no tienen acceso en esta región
“Aquí, no solo atendemos a la comunidad migrante, sino también a los mexicanos, porque hay muchas necesidades, por ejemplo, este sábado acudimos al malecón donde hay personas que están viviendo en un campamento al aire libre en su mayoría personas venezolanas, de Honduras y otros países”.
En estas brigadas para migrantes, se atienden hasta unos 500 indocumentados quienes son beneficiados con comida, mientras las brigadas médicas atienden a más de 100 personas entre ellos niños, mujeres y mexicanos.
Alvarado, convocó a las familias y a la sociedad tapachulteca, a que se sumen a ayudar y solidarizarse con las personas extranjeras y con una gran cantidad de personas mexicanas que viven en los alrededores del Malecón.
Sandra Hernández, es otra mujer hondureña de 45 años, quien huyó de su país por la inseguridad y las pandillas, narró que logró llegar a Tapachula acompañada de su hija y sus nietas, en busca de cruzar este país para poder llegar a los Estados Unidos.
“Vivo en el Malecón, cerca del río Coatán, donde este sábado un grupo de personas nos trajeron comida, agua, medicamentos y dulces para los niños, algo que nos ayuda para poder mitigar el hambre y curarnos de alguna enfermedad que tenemos”.
Hernández, se dedica a recolectar latas de refrescos, su hija a pedir dinero en las calles, para sostener a sus hijos, sin embargo, se ha sentido atendida por otras personas migrantes que viven en Tapachula, quienes se han solidarizado con los extranjeros.
“Como migrantes, pedimos a las autoridades mexicanas que nos ayuden con un trabajo para poder adquirir algún cuarto para vivir y ya no estar durmiendo en las calles y reunir dinero para avanzar a la Frontera Norte”.
Manifestó, que si las autoridades mexicanas, les otorgarán empleo, desistirían la idea de ir a los Estados Unidos, porque tendrían estabilidad, bienestar, dinero para comer y sin peligro alguno.