El alcalde Jorge Acero prioriza compra de contenedores aunque no haya camiones recolectores

Luis Vallejo NOTICIAS

El municipio de Berriozábal carece de un adecuado sistema de recolección de basura y se encuentra rebasado por los desechos ante la falta de camiones recolectores y lo que podría tratarse de un mal uso de los recursos públicos.
Lo anterior, debido a que el alcalde Jorge Acero Gómez, ha preferido gastar en una treintena de contenedores para basura los cuales no tienen la capacidad para los desechos que se generan en el centro de la cabecera municipal.
El edil colocó contenedores de dimensiones reducidas en diferentes puntos del parque central de esa ciudad, sin embargo, al no haber camiones recolectores para recoger los desechos, los contenedores terminan rebasados y la basura afuera de ellos.
Destaca que ante la falta de camiones adecuados para la recolección, los trabajadores del ayuntamiento de Berriozábal recolectan la basura sin uniforme, en condiciones insalubres en camionetas las cuales no cuentan ni con número económico, ni placas de circulación.
Asimismo, resalta que estos nuevos contenedores de basura ocupan lugares sobre la vía pública, así como en espacios del parque central de Berriozábal, en donde muchas personas acuden a pasar un rato con sus familias, por lo que parece más una promoción de la imagen del ayuntamiento que encabeza Jorge Acero.
Cabe señalar que una de las responsabilidades de las autoridades municipales es atender los temas de salud pública, sin embargo, en este caso tal parece que se trata de un mal uso del erario, pues dicho gasto no sirvió para atender la problemática del riesgo sanitario por la basura.
Es obligación de los servidores del pueblo el actuar con responsabilidad en la aplicación de los recursos públicos para atender la cobertura de las necesidades prioritarias de la ciudadanía, por lo que el gasto en estos contenedores que no funcionan, podría tratarse de un caso de corrupción de Acero Gómez.

Foto: Luis Vallejo

Pie: Parece que se trata de un mal uso del erario, pues el gasto de los contenedores no sirvió para atender la problemática del riesgo sanitario que provoca la basura.