Ana Liz Leyte NOTICIAS

Como todos los años, las festividades de fin de año hacen que la economía se reactive, esto ayuda a un sinfín de negocios que, durante todo el año, no han tenido los mejores números.
Sin embargo, realizar compras sin planear puede significar un perjuicio a la economía familiar, que si bien, no se ve reflejado inmediatamente, sí ocurre un mes después, en la conocida “cuesta de enero”.
De acuerdo a especialistas, la cultura del ahorro no existe y aunque un trabajador reciba sus bonos de fin de año, éstos –regularmente- se terminan en el primer mes.
“Cuatro de 10 mexicanos ahorran, pero de esos cuatro, solamente uno, es decir, de 10 mexicanos, menos de uno ahorra a largo plazo y los otros tres, se lo van a gastar en menos de un año”, explicó Manuel Samper, economista.
Ante ello, el especialista recomendó a los trabajadores, dividir en tres las percepciones económicas. “De tu ingreso, divídelo en tres tantos, 50 por ciento para gasto fijo, súper, renta, luz, agua, 30 por ciento para gasto ocasional, que se va ofreciendo al día a día y un 20 por ciento para ahorro”, detalló Manuel Samper.
Basándose en dicha recomendación, las compras de fin de año no se descartan y pueden ir incluidas en el 30 por ciento del salario destinado a “gastos ocasionales”.
Y es que, quienes viven del comercio, esperan las fiestas decembrinas y el pago de aguinaldos para incrementar sus ventas, lo que no ocurrió durante los 11 meses previos.
“Por muchas razones y otros negocios, la gente se ha ausentado mucho, pero esperamos que estas fechas decembrinas nos favorezcan totalmente porque ha estado muy tranquilo”, pidió la señora Ana Dolores García Ovilla, vendedora de ámbar y textiles en el Andador San Roque de Tuxtla Gutiérrez.
Y para que estas compras no sean un problema a futuro, se recomienda no hacer mal uso del crédito, adquirir lo que verdaderamente se requiere y no gastar más del 30 por ciento del dinero recibido.

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La cultura del ahorro no existe y aunque un trabajador reciba sus bonos de fin de año, éstos –regularmente- se terminan en el primer mes.
Foto: Ana Liz Leyte