Harol y Fernanda mantienen una tradición, recorren hospitales de la ciudad capital, para compartir dulces o alimentos, con quienes tienen familiares fuera de ellos

Daniela Grajales NOTICIAS

Nochebuena y navidad, son festividades en las cuales se acostumbra pasarla en familia, sin embargo, esto no es posible para quienes se encuentran en los hospitales. – Foto: Daniela Grajales

Nochebuena y navidad, son festividades en las cuales se acostumbra pasarla en familia, compartir la cena en casa y otros acostumbran a dar regalos, sin embargo, esto no es posible para quienes se encuentran en los hospitales, Harol y Fernanda mantienen una tradición, recorren hospitales de la ciudad capital, para compartir dulces o alimentos, con quienes tienen familiares fuera de ellos.
“Para apoyar a los niños necesitados del hospital, que pasen una bonita navidad”, refiere Harol Emmanuel, quien, con tan solo 12 años, sabe que es compartir el pan con otras personas, además, ha unido también a su hermana Fernanda, “estamos ayudando, apoyando a los niños, con toda mi familia”.
Pero no lo hacen solos, su madre en conjunto con más familiares, hicieron posible esta noble causa, Karen Geraldine, madre de los pequeños, abundó que se siente orgullosa de sus hijos, pues, asegura, que son los pioneros de este voluntariado.
“Me da mucho gusto, acompañar a mi niño y a mi niña a organizar este evento, porque a él desde muy chiquito le gusta vestirse de payaso, hacer botargas, piñatas, tenemos que apoyarlo, y desde muy chico, viene haciendo todo eso, entonces desde muy antes se prepara él, para hacer un pequeño detalle, para los niños de bajos recursos”.
Es en esta época cuando algunas familias se unen, para ayudar a los demás o por cumplir promesas llevan alimento a quienes esperan una mejoría de sus seres queridos, Ileana es una de ellas, quien narra la situación que enfrentó hace mucho tiempo.
“Teníamos una niña que estuvo en un pediátrico en el estado de Chihuahua, estuvimos tres meses ahí, y un 24 de diciembre nos dieron de alta después de tres meses a nuestra niña, entonces a partir de ahí, comenzamos cada año a venir a repartir de comer, la niña hace tres años se nos fue, pero nosotros seguimos con esto en su honor, es por Angelina es que hacemos esto, todos los años”.
Otro, es JOSÉ quien viajó desde Ciudad de México , “Me nace, porque también tuve un abuelo, tuvieron un accidente en automóvil, y pues si es triste estar afuera esperando, y pues con hambre porque no tienes la economía para poder sustentar un taco”.
“Esta labor, tiene diez años que comencé a hacerlo cuando mi padre cayó en un hospital, vi la necesidad de cada uno de mis hermanos, tengo diez años, visitando este hospital cada 15 días”, agregó Manuel Orozco, representante de una iglesia.
Afuera de los nosocomios hay quienes han esperado por meses, unos en familia y otros solos, pero son estas acciones, que llenan el alma, el corazón y el estómago.
“Va para cuatro meses que está internado acá, estoy sola, mis familias me tienen muy abandonada, ni siquiera me hacen una llamada, preguntar cómo está mi niño, el año pasado que la pasé bien, con mi familia, pero ahorita estando en el hospital es muy difícil”, enfatizó Juanita Gómez, quien tiene a su pequeño internado en el Hospital de Especialidades Pediátricas.
Quienes realizan estas acciones, aseguran que hay que compartir con los que mayor necesidad tienen, como lo son los enfermos, niños, ancianos hasta animales en situación de calle.