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Las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática son enfermedades que las personas pueden contraer del agua en la que nadan. – Foto: Daniela Grajales

Las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática son enfermedades que las personas pueden contraer del agua en la que nadan, como piscinas, mares, lagos o arroyos, si esta, está contaminada con microbios, los síntomas más comunes causados por las enfermedades transmitidas por el agua son diarrea, dolor de oídos, dolor de ojos, infecciones de la piel.
“Puedes tener intoxicación alimentaria que terminas con mucho vomito, sobre todo los niños, adolescentes y los que comen alimentos contaminados. Lo más común si el agua contaminada se queda dentro del oído también te causa una inflamación y te da algo que le llamamos otitis externa”, mencionó Israel Yberris, médico pediatra.
Las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática se pueden contraer al tragar agua contaminada con microbios, tener contacto con ella, la diarrea es la más común de las enfermedades
“Los periodos vacacionales son muy importantes que tengan prevención, a nivel pediátrico lo más común es que te vengan a ver los niños después de haber acudido un fin de semana a la playa o al río es que te lleguen o con diarrea o con vómito, con mucho dolor en los oídos, con dolor en los ojos”, destacó el médico especialista.
Los más afectados en esta temporada son los menores de edad, de acuerdo a los médicos, semanalmente acuden a consulta niños menores de 5 años, con alguna afección derivada de las enfermedades transmitidas por aguas contaminadas.
“Sobre todo en niños menores de cinco años, yo creo que podemos manejar de uno a tres diarios después del fin de semana, si llegan varios niños con esta complicación”.
Cómo prevenir las infecciones

Bañarse con la boca cerrada para no tragar agua, así como proteger los ojos para evitar afecciones como la conjuntivitis. En caso de meter constantemente la cabeza debajo del agua, es aconsejable utilizar gafas de buceo.
No meterse en el agua en caso de sufrir conjuntivitis, pues hay riesgo de contaminación del entorno.
Bañarse bien después del baño (y antes por higiene) para retirar el agua de la piscina de la piel. De esta forma, se prevendrá de reacciones cutáneas.
Las personas susceptibles de sufrir otitis no deben sumergir la cabeza debajo del agua. Asimismo, al salir de la piscina, inclinar la cabeza a sacudidas para expulsar el posible líquido retenido y secar con una toalla suavemente.
Controlar que el agua de la alberca tenga los suficientes niveles de cloro y bromo, han de ser tratadas de forma correcta con suficientes niveles de cloro y bromo, así como el pH.