Karla Gómez NOTICIAS

Recientemente, un equipo de arqueólogos liderado por la profesora Perla Ruíz Albarrán, del Centro de Estudios Antropológicos de la UNAM, retomó las excavaciones en la cripta ubicada bajo la parroquia de San Bartolomé Apóstol, en Hueypoxtla, Estado de México. Este proyecto, respaldado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y financiado por la Fundación Stresser-Péan, ha permitido nuevos hallazgos que ofrecen valiosas perspectivas sobre las prácticas funerarias en el centro de México durante los siglos XVIII y XIX.

Entre el 18 y el 22 de noviembre de 2024, el equipo de investigadores abrió tres nichos de la cripta, descubriendo los restos de dos adultos y un infante de aproximadamente cinco años. Las sepulturas, identificadas como C1, H1 y M1, ofrecieron una visión detallada de las costumbres funerarias de la época. Los cuerpos fueron encontrados en posición decúbito dorsal, con los pies hacia el atrio de la iglesia y las manos sobre la región abdominal, una disposición común en las tumbas de esa era.

Uno de los lóculos, el M1, presentó una complejidad mayor. Este fue dividido en dos secciones, y se intervino solo el lado izquierdo, donde se encontraron los restos del infante. Además, en este espacio se hallaron pequeños objetos metálicos que podrían haber sido adornos funerarios, junto con fragmentos de una prenda aún sin identificar. Este hallazgo abre nuevas preguntas sobre las creencias y costumbres funerarias de la época.

El principal objetivo del proyecto es analizar los restos humanos para obtener información sobre las características demográficas y sociales de las personas enterradas allí. Para ello, los investigadores emplean una meticulosa técnica de microexcavación, usando pinceles y recogedores pequeños para preservar los restos debido a la alta humedad del lugar.

Además de los trabajos en los nichos, se ha avanzado en el estudio de la arquitectura de la cripta, que destaca por su complejidad, con numerosos pasillos y espacios de enterramiento. Este diseño es único en el centro de México y sugiere posibles influencias europeas en la arquitectura funeraria local. Según Ruíz Albarrán, la estructura de la cripta no tiene precedentes en la región, lo que refuerza la idea de contactos culturales con Europa en esa época.

A lo largo de la temporada, el equipo, compuesto por 14 estudiantes de la UNAM, arqueólogos y expertos del INAH, también llevó a cabo un análisis exhaustivo de los hallazgos previos. En la temporada anterior, se descubrieron los restos de un adulto y un infante en otras sepulturas, lo que ha ampliado el conocimiento sobre las costumbres funerarias de la región. El análisis del lóculo W1, que contenía los restos de un perinato, será profundizado en la siguiente fase de excavaciones.

Este esfuerzo no solo tiene como fin desentrañar el pasado, sino también formar a futuras generaciones de arqueólogos y antropólogos. Los estudiantes de la UNAM, guiados por expertos del INAH, tienen la oportunidad de aprender directamente sobre el proceso de excavación y el análisis de restos humanos. Además, la comunidad de Hueypoxtla, que cada año realiza un recorrido tradicional en la cripta durante las festividades de San Bartolomé Apóstol, ahora cuenta con una nueva interpretación histórica que enriquece su comprensión sobre su patrimonio local.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Este esfuerzo no solo tiene como fin desentrañar el pasado, sino también formar a futuras generaciones de arqueólogos y antropólogos.