El Universal

La “broma” del comediante estadounidense Tony Hinchcliffe, partidario de Donald Trump, en un mitin en el que llamó a Puerto Rico “una isla flotante de basura” desató la indignación entre los puertorriqueños, y advertencias de que podría costarle caro a Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
“Hasta que Puerto Rico no tenga el estatus de estado, no tienen votos electorales, pero hay muchos votantes puertorriqueños que pueden responder a este racismo vil”, dijo un usuario en X. Recordó que hay 450 mil puertorriqueños en Pennsylvania; 100 mil en Carolina del Norte; 65 mil en Wisconsin, 50 mil en Michigan y 1.1 millones en Florida.
Algunos señalaron que particularmente en el caso de Pennsylvania, un estado muy disputado que podría definir al ganador de las elecciones de este año, la “bromita” le puede salir cara al candidato presidencial republicano.
Dos estrellas puertorriqueñas, Bad Bunny y Ricky Martin, criticaron el comentario de Hinchcliffe y expresaron su apoyo a la candidata presidencial demócrata, Kamala Harris. El rapero René Pérez, conocido artísticamente como Residente, hizo un llamado a derrotar en las urnas a Trump: “A mis hermanos boricuas, no endosen a esta gente, por favor”.
“Comentarios como esos dejan al descubierto los prejuicios y el racismo que lamentablemente aún existen en nuestra Nación, y nos recuerdan la importancia de escoger líderes que rechacen y luchen contra ese tipo de intolerancia”, aseguró el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, en su cuenta de la red social X.
Pierluisi ha mostrado su apoyo a Harris, como la mayoría de los políticos y la población puertorriqueña, con excepciones como la candidata a la gobernación del Partido Nuevo Progresista (PNP), Jenniffer González, quien se declara republicana.
No obstante, en esta ocasión, González dijo en un comunicado que las expresiones de Hinchcliffe “son despreciables, desacertadas y asqueantes”.
Mientras, el aspirante a la gobernación por la Alianza, Juan Dalmau, líder del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), denunció que Trump es “el mismo que desprecia a los puertorriqueños, el que nos tiró papel toalla como bolas de baloncesto, en el peor momento de nuestra historia luego del huracán María”.
Ante la polémica, la campaña de Trump se desmarcó de los comentarios hechos por el cómico en el Madison Square Garden de Nueva York, alegando la asesora Danielle Alvarez que “este chiste no refleja las opiniones del presidente Trump ni de la campaña”.
Aunque los puertorriqueños residentes en la isla no pueden votar en las elecciones estadounidenses, el mismo 5 de noviembre se celebran comicios generales en la isla que incluyen una papeleta simbólica para demostrar las preferencias de los electores sobre este tema.
Los puertorriqueños elegirán el 5 de noviembre gobernador, comisionado residente, representantes, senadores y alcaldes.
Además, podrán dar su opinión sobre el estatus político de la isla, eligiendo entre estadidad, independencia y soberanía en libre asociación, y sobre el próximo presidente de EU, aunque estas dos consultas no son vinculantes.
Como Estado Libre Asociado a Estados Unidos, Puerto Rico tiene cierto grado de autonomía, con Gobierno y Constitución propios, pero fronteras, defensa y relaciones exteriores son responsabilidades que se reserva Washington.

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La “broma” del comediante estadounidense Tony Hinchcliffe, en un mitin en el que llamó a Puerto Rico “una isla flotante de basura” desató la indignación entre los puertorriqueños.
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