NEIN GÓMEZ
NOTICIAS

Se dio el cerrojazo a la campaña de la Nascar México Series, que tuvo su última fecha en el óvalo de Puebla, donde el equipo Ramírez Racing participó tanto en la categoría Trucks como en los autos Stock de la estelar. 
Fue una temporada en la que el equipo vivió toda una montaña rusa de emociones, pues conoció la gloria y también sufrió por problemas y contactos que lo relegaron en algunas carreras. No obstante, el balance fue a favor y la escuadra demostró con creces que es una de las más completas.
Para la fecha final, José Luis Ramírez tuvo una buena sesión de calificación. Su tiempo lo colocó en octavo, y su estrategia era dejar el contingente mixto atrás, por lo que avanzar en los primeros giros y rebasar a los más lentos era primordial. 
En el primer stage, la competencia fue un verdadero circo romano; todos los participantes buscaban los primeros sitios y Ramírez pudo limitar los intentos de rebases de sus rivales y en algún momento se colocó dentro del Top-5, pero un pequeño descuido lo arrojó a la novena plaza. 
Tras concretar tiempos constantes, remontó posiciones y el horizonte se veía prometedor. Ramírez aprovechó su inercia positiva y se colocó en el Top-3. Desafortunadamente, justo a 14 vueltas de que culminara la justa y cuando marchaba segundo general, la ponchadura de su neumático delantero derecho le arruinó la carrera, obligándolo a entrar a “pits”, por lo que perdió su lugar en el podio. 
“Fue frustrante, pero así son las carreras y hay que reponernos. En esta temporada aprendimos mucho más, fuimos grandes contendientes y logramos una victoria y varios podios. Eso me llena de orgullo”, aseguró el piloto.
“El equipo está unido y trabajamos al máximo para dejar nuestros vehículos en las mejores condiciones. Como ejemplo queda este fin de semana: en la Nascar peleamos los primeros sitios y en las Trucks logramos un segundo lugar. Solo me queda agradecer a todos por el apoyo este año, y prometemos regresar en 2023 con más fuerza”, sentenció.