Un diálogo con el inconsciente

Karla Gómez NOTICIAS

Con más de tres décadas dedicadas al arte plástico, Ricardo Fernández Ortega, un destacado maestro de las artes visuales originario de Durango, ha dejado una huella imborrable tanto en México como en escenarios internacionales. Su carrera, marcada por una profunda exploración del realismo y el surrealismo, es un testimonio del poder transformador del arte para expresar el mundo interior del artista.
Desde sus primeros años en la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez de Durango, donde tuvo la oportunidad de estudiar con maestros de renombre como Enrique Estrada y Benjamín Domínguez, Fernández Ortega ha demostrado una devoción inquebrantable por su oficio. Su enfoque en el dibujo desde una edad temprana sentó las bases para una carrera caracterizada por la maestría técnica y la expresión emocional.
En una entrevista reciente, Fernández Ortega revela que su acercamiento al arte fue una búsqueda de refugio mental, encontrando en el dibujo una forma de concentración y liberación de pensamientos dispersos. Esta pasión por el dibujo evolucionó hacia un estilo personal que fusiona elementos del barroco y el tenebrismo con una estética surrealista y clásica.
Su obra, según afirma, es un diálogo con su inconsciente, utilizando un «alfabeto» visual de personajes, símbolos y contextos que reflejan su estado emocional en el momento de la creación. Aunque su estilo ha evolucionado a lo largo de los años, el claroscuro sigue siendo un elemento central en su trabajo, influenciado en gran medida por sus maestros y mentores.
A pesar de su larga trayectoria, Fernández Ortega continúa desafiando las convenciones del arte contemporáneo mexicano. Aunque su obra ha encontrado una mayor aceptación en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, el artista sigue comprometido con su visión única y su búsqueda constante de la excelencia artística.
Con 13 exposiciones individuales y participaciones destacadas en bienales y exposiciones colectivas tanto en México como en el extranjero, Ricardo Fernández Ortega ha dejado una marca indeleble en el mundo del arte. Desde su estudio en Durango, sigue explorando los límites del realismo y el surrealismo, invitando a los espectadores a un viaje visual que es tanto una exploración de la técnica como un reflejo de su mundo interior. Su legado perdurará como un testimonio de la capacidad del arte para trascender fronteras y comunicar la complejidad de la experiencia humana.

Foto: Cortesía
Pie de foto: Tres décadas de impacto cultural.