Carlos Avendaño se presenta como un defensor del poder del cine como herramienta para la introspección y el cambio social

Isabel Nigenda Noticias

En un mundo en constante movimiento, el cine emerge como un faro que guía nuestras emociones, pensamientos y conexiones con la vida y la sociedad que nos rodea. Desde los matices más profundos de la psicología humana hasta los temas sociales más apremiantes, el cine tiene la capacidad única de tocar sensibilidades, activar fibras emocionales y estimular la reflexión sobre el mundo en el que habitamos. En este contexto, el director y guionista Carlos Avendaño se presenta como un defensor del poder del cine como herramienta para la introspección y el cambio social.
En entrevista, Avendaño compartió sus ideas sobre la relación entre el cine y la vida. «El cine te permite tocar sensibilidades, tocar fibras y reflexionar acerca de la vida y el mundo en que vivimos. Son aspectos que pueden parecer que no tienen ningún uso y ninguna utilidad, pero al fin de cuentas, son motores de vida y nos dan esa chispa que nos permite seguir el día a día», expresó con pasión y convicción.
Carlos Avendaño, director y guionista, ha estado ocupado explorando los límites de la narración cinematográfica a través de su obra. Su más reciente creación, «Sonata de invierno», es un texto de género de terror de 90 a cien páginas, en el que plantea un análisis profundo de temas como la masculinidad, el suicidio y la salud mental. El proceso creativo de esta obra fue el enfoque central de un Conversatorio en el que Avendaño participó, arrojando luz sobre su inspiración y su dedicación al arte del cine.
Este proyecto fue realizado con el apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA) 2023. Avendaño resaltó la importancia de este programa en el impulso de su obra, afirmando que «ser beneficiario del PECDA me ha ayudado mucho para concretar este proyecto. Me siento muy contento, porque me hace sentir incluido en el mundo del cine y de la industria. Considero muy importante que se incentive el cine en Chiapas, porque en la actualidad hay muchísimos jóvenes talentos».
Avendaño no solo se destaca por su trabajo detrás de la cámara, sino también por sus logros en la dirección de proyectos visuales. «Eternas memorias», un emotivo relato sobre un pianista de 70 años enfrentando problemas de memoria, es otra manifestación de su habilidad para plasmar temas profundos y conmovedores en la pantalla. Esta obra fue producida a través de la casa productora Ratona Films, bajo la dirección de Debora Iturbe Vargas, y logró impactar al público al reflejar los desafíos de la memoria y la familia en un conmovedor tributo.
Desde su infancia, Avendaño ha sentido una conexión innata con la escritura, y fue a través de este medio que descubrió la capacidad del cine para contar historias impactantes. «Una pluma y una hoja en blanco, no me podían detener. Es lo que me fascina del proceso de la escritura», afirma, destacando la fuerza impulsora que lo llevó a desarrollar su creatividad y dar forma a sus ideas.
La región de Chiapas, México, donde Avendaño reside, se convierte en una fuente inagotable de inspiración para sus historias. «Chiapas está repleto de idiosincrasia, de historias y de mitos, que podemos trasladar a la pantalla. Creo que es muy importante que se empiece a diversificar el cine nacional, y mostrar otras realidades que por lo general no llegan a la pantalla, pero que pueden generar un impacto en nuestra sociedad y en nuestra cultura», sostiene Avendaño.
Su mensaje es claro y convincente: el cine nacional tiene una riqueza de talento y narrativas que merecen ser exploradas y compartidas. En un mundo lleno de imágenes y estímulos visuales, el cine juega un papel vital en la forma en que nos relacionamos, expresamos y entendemos nuestro entorno y nuestra identidad.

Foto: Isabel Nigenda.
Pie de foto: Carlos Avendaño, joven director y guionista.