Una reflexión teatral sobre la discriminación racial en México

Karla Gómez NOTICIAS

La discriminación racial, un tema latente en la sociedad mexicana, toma el escenario con fuerza en la obra Mi color carne, una puesta en escena que aborda la problemática desde la inocente y conmovedora perspectiva de Queta, una niña de 10 años. A través de esta obra, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), junto con Merinfa Teatro, invitan a reflexionar sobre el racismo en México.

Con dramaturgia y dirección de Adalia Sarmiento, Mi color carne será presentada los días 25, 26 y 27 de octubre en el Teatro Orientación Luisa Josefina Hernández, ubicado en el Centro Cultural del Bosque, Ciudad de México. Las funciones están programadas para el viernes a las 10:30 h, el sábado a las 12:00 y 14:00 h, y el domingo a las 12:30 h.

La obra es un unipersonal que sigue la historia de Enriqueta (Queta), una niña que comienza a cuestionar por qué el color de la piel parece determinar el valor de las personas. A través de situaciones familiares y escolares, Queta enfrenta verdades incómodas y expone conductas racistas que a menudo pasan desapercibidas. La obra invita a reflexionar sobre conceptos como «mestizaje» y «raza», términos que forman parte del lenguaje cotidiano, pero que ocultan siglos de racismo y prejuicio.

Mi color carne está inspirada en testimonios reales de discriminación racial, tanto de niños como de adultos, incluyendo la historia de la abuela de la dramaturga, una mujer indígena que ha enfrentado este tipo de discriminación a lo largo de su vida. A través del relato de Queta, la obra cuestiona frases comunes como «mejorar la raza», al tiempo que resalta el valor intrínseco de todas las personas, sin distinción por el color de piel.

La obra combina diferentes lenguajes escénicos, como el teatro de objetos, teatro de títeres (teatro de sombras), danza contemporánea y danza africana. Estos elementos se integran en el imaginario de la protagonista, quien mediante el juego y el recuerdo lleva al público a confrontar las formas de racismo presentes en nuestra sociedad. La inocencia y el humor son claves en la narrativa, lo que permite que la obra, aunque seria en su fondo, pueda provocar risas y al mismo tiempo tocar fibras sensibles en la audiencia.

En palabras de Adalia Sarmiento, la creadora de esta pieza, Mi color carne «surge de la necesidad de hablar de un tema urgente: una herida latente en nuestra sociedad mexicana, que por años ha sido minimizada, pero que sigue abierta y duele cada vez que los prejuicios sobre el color de piel se hacen presentes». Sarmiento añade que su trabajo es también una respuesta personal a las preguntas que desde niña se hizo sobre sus propios orígenes y sobre el sentimiento de inferioridad que surge al no ser «blanca».

La obra, protagonizada por Adalia Sarmiento y José María Medina, cuenta con la narración en off de Medina, el diseño de iluminación de Oscar Reyes y la musicalización de Baruch Ascención.

Con esta puesta en escena, la Secretaría de Cultura e INBAL buscan abrir un espacio para el diálogo y la reflexión en torno a un tema que, aunque profundamente enraizado en la historia de México, sigue siendo relegado en muchos espacios. Mi color carne es una invitación a reconocernos y aceptarnos en nuestra diversidad, y a erradicar los prejuicios que todavía prevalecen en la sociedad.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: La obra, protagonizada por Adalia Sarmiento y José María Medina, cuenta con la narración en off de Medina, el diseño de iluminación de Oscar Reyes y la musicalización de Baruch Ascención.