Karla Gómez NOTICIAS

La Duquesa de Malfi es una de esas figuras literarias que trascienden el tiempo. Creada por el dramaturgo jacobino John Webster, su historia cobra nueva vida en la puesta en escena dirigida por Ruby Tagle Willingham, presentada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Esta producción mexicana reinterpreta con fuerza y sensibilidad una de las tragedias más emblemáticas del siglo XVII, exponiendo temas que aún resuenan con fuerza en la sociedad actual: el control del cuerpo femenino, el autoritarismo masculino, la violencia estructural y la lucha por la autonomía.
Basada en hechos reales, La Duquesa de Malfi narra la historia de una mujer noble que decide casarse en secreto con su mayordomo, Antonio, desafiando los mandatos de sus hermanos Ferdinando y el Cardenal. Estos, incapaces de aceptar su decisión, urden una venganza despiadada mediante el espionaje y la represión, encarnada en el personaje de Bósola. A pesar del peligro, la Duquesa actúa conforme a sus valores, guiada por sus deseos y su profunda humanidad, convirtiéndose en una figura de resistencia frente a la violencia y el poder patriarcal.
La directora Ruby Tagle ha planteado una propuesta escénica que va más allá de la reconstrucción histórica. Su montaje aborda con crudeza y simbolismo la vigencia de la opresión de género, a través de un diseño visual impactante y un cuidadoso trabajo actoral. «Buscamos presentar los avatares que confrontan a las mujeres día a día para lograr la equidad de género», explica Tagle, subrayando el objetivo social del montaje. En este contexto, el teatro se convierte en un acto de memoria y denuncia, pero también en un espacio de catarsis colectiva.
Con un elenco sólido encabezado por Paulina Treviño en el papel de la Duquesa, la obra destaca por su intensidad dramática, sus diálogos densos, el humor sombrío y el claroscuro emocional de sus personajes. La escenografía e iluminación de Jesús Hernández, el vestuario de Carlo Demichelis y la música original de Emil Rzajev refuerzan una atmósfera barroca, donde lo sublime y lo grotesco conviven con fuerza simbólica. A esto se suma el trabajo coreográfico de combate escénico de Ramón Márquez, que intensifica los momentos de tensión y violencia.
La Duquesa de Malfi se presenta en el Teatro Orientación, Luisa Josefina Hernández, del Centro Cultural del Bosque, con funciones hasta el 29 de junio. Más que una tragedia clásica, esta producción es un espejo oscuro que revela realidades aún latentes, recordándonos que la lucha por la libertad y el reconocimiento de la voz femenina sigue siendo una tarea pendiente.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: Basada en hechos reales, La Duquesa de Malfi narra la historia de una mujer noble.