Karla Gómez NOTICIAS

La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, un reconocimiento que celebra no solo su excelencia artística, sino también su incansable compromiso con la representación digna y poética de las comunidades marginadas. Con 83 años de edad y más de medio siglo dedicada a la imagen, Iturbide ha construido una obra profundamente personal que trasciende fronteras y géneros.
Desde sus inicios bajo la tutela del maestro Manuel Álvarez Bravo, Graciela Iturbide ha sabido encontrar en lo cotidiano una dimensión simbólica. Su fotografía no busca solo registrar, sino interpretar; es una mirada ritual que convierte la cámara en un puente entre la realidad y lo sagrado. Esta fusión entre documento y lirismo se refleja de forma paradigmática en su imagen más célebre: Nuestra Señora de las Iguanas (1979), retrato de una mujer zapoteca coronada por iguanas vivas, que se ha vuelto emblema de poder femenino y resistencia cultural.
Iturbide ha recorrido su país con la sensibilidad de una antropóloga del alma. Ha fotografiado con respeto y profundidad la vida de los pueblos indígenas, particularmente en Juchitán, Oaxaca, donde encontró una comunidad matriarcal vibrante, llena de símbolos y tradiciones. Su obra en blanco y negro capta no solo la forma externa del mundo, sino su misterio interno, revelando el peso del mito, la muerte y la identidad.
Reconocida internacionalmente con premios como el Hasselblad (2008), su lenguaje visual ha influido en generaciones de fotógrafos. Más allá de sus logros técnicos, Iturbide es una poeta de la imagen, una narradora de silencios, cuya obra nos invita a mirar con otros ojos lo invisible en lo cotidiano.
El Premio Princesa de Asturias consagra así una trayectoria única, que ha sabido capturar la esencia de México con una lente compasiva, crítica y profundamente humana. En tiempos de imágenes efímeras, la obra de Graciela Iturbide permanece como un legado atemporal.
Foto: Cortesía
Pie de foto: El Premio Princesa de Asturias consagra así una trayectoria única, que ha sabido capturar la esencia de México.