Isabel Nigenda NOTICIAS

Foto: Cortesía. Pie de foto: Dia del Pozol.

Cuando el tiempo de la canícula o las intermitentes jornadas de calor asoman en forma de sudor, los habitantes de Tuxtla Gutiérrez buscan saciar la sed con pozol. Aquella bebida tradicional, considerada por muchos como refrescante tiene entre sus ingredientes el maíz blanco y el cacao.

Remontando lo escrito en la crónica “El pozol de Chiapas”, realizada por el cronista de Tuxtla Gutiérrez José Luis Castro Aguilar: “Desde tiempos remotos, los indígenas chiapanecos (mayas, zoques y chiapanecas) preparaban una bebida refrescante y nutritiva compuesta de masa de maíz cocido, cacao y granos de pochotl, misma que la denominaban pochotl. Con el tiempo, esta palabra fue transformada por los españoles en pozol, como se le conoce actualmente. El pozol era preparado por mujeres: en un jicalpestle con agua disuelven con la mano derecha una bola de masa de maíz cocido hasta que quedaba totalmente disuelta. A la masa se le agrega cacao (cacáhuatl en azteca) y semillas de pochotl molidas. El maíz blanco (tlaolli) era cocido en agua de cal apagada, le quitaban la cáscara y lo molían en mortero de madera o en metate (metlatl, piedra de moler)”.

Precisamente, hoy 18 de marzo se celebra el Día del pozol. De acuerdo a datos el consumo de esta bebida data desde la época prehispánica.

El cronista José Luis Castro Aguilar, resalta en su crónica que: “Su consumo entre la población tenía fama porque se decía que era una bebida refrescante y energética; posteriormente se le empezó a tomar con azúcar y hielo (l908), en las ciudades de Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Cristóbal Las Casas y Comitán”.

Ya sea que se beba en jícara, vaso de plástico o bolsita con popote, el pozol es considerado como una bebida que contiene un sustento alimenticio que ayuda a combatir la fatiga, aquella que llega con el arduo trabajo o el caminar largas distancias, como los foráneos. Según la creencia popular, dice a los foráneos: “Quien prueba el pozol ya no regresa de donde vino. Aquí se queda a vivir para siempre”.

Y es cierto, o bueno, en algunos casos aquel dicho se cumple pues son tantas las combinaciones a probar, que si pozol con empanadas, con manguito, con coco y su chilito o cacahuate hasta bolis. Eso sí, todas las combinaciones se hacen y se disfrutan en compañía de amigos, familiares o conocidos.