Maestro de la armonía chiapaneca en el Día del Compositor

Karla Gómez Noticias

En el marco del Día del Compositor, la Casa Luis Alaminos Guerrero se vistió de notas musicales y emociones para rendir un emotivo homenaje a David Pichardo Bringas, un destacado autor y compositor que ha dejado una huella indeleble en la música mexicana. Este evento no solo celebró su destreza como compositor, sino que también recordó su contribución invaluable a la rica escena musical de Chiapas.

Nacido y criado en Tonalá, Pichardo Bringas se erigió como una figura central en el panorama musical chiapaneco. Su habilidad innata para la composición le permitió colaborar estrechamente con renombrados escritores de la región, dando vida a sus poesías a través de armonías cautivadoras.

A lo largo de su distinguida carrera, Pichardo Bringas no solo demostró ser un hábil compositor, sino también un apasionado intérprete de las historias impregnadas en la tierra chiapaneca. Su música capturó magistralmente la esencia de la región, fusionando con maestría la tradición y la modernidad.

En festivales estatales y nacionales, las composiciones de Pichardo Bringas resonaron tanto con el público como con los jurados. Su capacidad para tejer narrativas sonoras, evocando las montañas, ríos y tradiciones de Chiapas, lo posicionó como un referente indiscutible en el panorama musical de México.

Las canciones de este maestro han encontrado eco no solo en voces reconocidas, sino también en las grabaciones de grupos locales y nacionales. Su legado musical se extiende como ondas sonoras, trascendiendo fronteras y llevando consigo la autenticidad y la pasión por la cultura chiapaneca.

El viaje musical de Pichardo Bringas comenzó a los 16 años, cuando el canto se convirtió en su confidente y la guitarra en su cómplice. A los 21 años, su impulso creativo se manifestó plenamente, iniciando una destacada carrera como cantante. La música y la poesía eran parte intrínseca de su ser desde temprana edad, como él mismo expresó: «Quizá ya lo traía, pues desde niño le daba por escribir poesía. Aprendí a tocar la guitarra, y luego empecé a ponerle música a los poemas».

El salto a la escena nacional ocurrió a los 20 años, cuando participó en un festival de talento, obteniendo el quinto lugar. Esta experiencia lo llevó a la Ciudad de México, donde se sumergió en tres años de estudios en la Escuela Superior de Música. Su formación no solo consolidó sus habilidades, sino que también lo dotó de herramientas para explorar la diversidad de géneros y estilos musicales.

A pesar de su formación académica, Pichardo Bringas regresó a Chiapas, estableciéndose en Tuxtla Gutiérrez. Allí, su voz resonó en los restaurantes de la ciudad, conquistando los corazones de quienes buscaban la armonía única que solo un talento como el suyo podía ofrecer.

La contribución de Pichardo Bringas va más allá de las notas; es un narrador musical de las historias de Chiapas. Ha musicalizado poemas de destacados escritores chiapanecos como Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Socorro Trejo Sirvent, entre otros. Su sensibilidad para fusionar la poesía con la melodía ha creado una sinfonía que celebra la identidad chiapaneca.

Foto: Cortesía.

Pie de foto: En el Día del Compositor, se recuerda a David Pichardo Bringas como un creador incansable, un artista que supo capturar la esencia de su tierra natal.