Karla Gómez NOTICIAS

El artista multidisciplinario Carlos Lara ha hecho de su obra una crítica incisiva al proceso de modernización industrial en México, y en especial en Monterrey, su ciudad natal. A través de la intervención de objetos cotidianos, Lara explora las identidades configuradas por las redes simbólicas que emergen en torno al trabajo y las relaciones de poder. En entrevista, el artista señala que su trabajo se centra en cómo las promesas de la modernidad, en su afán de progreso civilizatorio, a menudo terminan por fracasar, dejando una huella en los cuerpos y en las culturas laborales.

Lara, licenciado en Artes, tomó la decisión de dedicarse por completo al arte en 2019, enfocándose en los efectos que la modernización industrial ha tenido en el estado de Nuevo León y en México en general. Su obra destaca por emplear objetos cargados de historia y significado, como las mecedoras “tipo Monterrey”, sillas tradicionales que los obreros utilizaban tras largas jornadas de trabajo. Estos objetos, explica Lara, no solo evidencian el desgaste físico, sino también las transformaciones sociales y culturales.

Una de sus obras más emblemáticas, Breve Melancolía de un Atardecer Dominical, es una instalación compuesta por decenas de estas mecedoras que recolectó de antiguos trabajadores. “No es una mecedora intervenida, es materia prima para crear esculturas más grandes, como la que presenté en la Macro Plaza durante el Festival Santa Lucía”, comenta el artista. Esta instalación le permitió conectar su vida privada con la historia colectiva de la ciudad, pues, al ver las mecedoras desgastadas, recordó a sus propios abuelos, quienes también vivieron la experiencia del trabajo industrial.

La relación de Lara con el arte comenzó durante su adolescencia en Monterrey, cuando descubrió la Casa de Cultura local y empezó a tomar clases de dibujo y pintura. Años más tarde, en la Universidad de Monterrey, encontró en el arte una forma de abordar los problemas sociales que atravesaban su entorno familiar y la ciudad misma, como la migración forzada y el estancamiento del campo.

El reconocimiento a su trabajo no se ha hecho esperar. En 2018, fue galardonado con el Premio Estatal de Arte Contemporáneo de Nuevo León y su proyecto recibió el apoyo del Sistema Creación del Gobierno de México. Ha expuesto en espacios tan diversos como el Festival Internacional Santa Lucía en Monterrey y galerías en Ciudad de México y Suiza, siempre con el propósito de mostrar cómo la modernidad industrial ha moldeado no solo las ciudades, sino también las identidades de sus habitantes.

Carlos Lara continúa transformando la memoria de lo cotidiano en arte, cuestionando las promesas no cumplidas del progreso y recordándonos que en cada objeto hay una historia de desgaste y resistencia.

Foto: Karla Gómez

Pie de foto: Carlos Lara continúa transformando la memoria de lo cotidiano en arte.