Para Juan Carlos Faviel, la fotografía profesional es mucho más que una técnica o una profesión: es una terapia

Karla Gómez NOTICIAS

Para Juan Carlos Faviel, la fotografía profesional es mucho más que una técnica o una profesión: es una terapia, una forma de expresarse, explorar y conectar con el mundo.

“El cuerpo, esa máquina perfecta con la que nos movemos, es el vehículo primordial para transmitir nuestras emociones, ideas y visión. En mis trabajos, busco revalorizar lo que el cuerpo representa, dándole paso a un nuevo concepto de lo masculino, uno que no se limite a los estereotipos tradicionales, sino que se enriquezca con una mirada más profunda y transformadora”, explica.

El fotógrafo, egresado de la licenciatura en Artes Visuales de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), presenta actualmente la exposición Érase una vez… Memorias y narrativas en el espacio autogestivo Caleidoscopio Galería Taller.

La muestra está integrada por 24 fotografías, en diversos formatos y en blanco y negro y color. Se divide en dos secciones: la primera da cuenta de sus inicios en la fotografía erótica, mientras que la segunda muestra su trabajo actual, donde su lenguaje artístico ha evolucionado hacia un concepto inspirado en el estilo barroco.

“El erotismo, en este contexto, se convierte en un accesorio del cuerpo, una manifestación de su potencial. Pero más allá de la sexualidad superficial, lo homoerótico en mi obra se convierte en una forma de transmitir el deseo desde el alma, un deseo que va más allá de lo físico y toca lo emocional, lo espiritual. Es una conexión que se construye a través de la imagen, la luz y el gesto, y que transmite un anhelo profundo, genuino y personal”, afirma.

El fotógrafo sostiene que la fotografía no es solo una técnica; es una cultura, una forma de entender el mundo y reimaginarlo a través del lente.

“En cuanto a la estética, tengo una predilección por el blanco y negro, pues creo que resalta la pureza de la imagen, otorgándole una carga poética y emocional. Sin embargo, conceptualmente, disfruto profundamente el uso del color, sobre todo en el estilo barroco, al modo de Caravaggio. Esa luz dramática, ese contraste de sombras y colores intensos, le da una dimensión diferente a las imágenes. Es un espacio donde la poesía y el arte se fusionan, y donde la imagen se convierte en un lienzo”, comenta.

La exposición Érase una vez… Memorias y narrativas en el espacio autogestivo Caleidoscopio Galería Taller podrá visitarse hasta los últimos días de 2025.

Foto Karla Gómez

Pie de foto: La exposición Érase una vez… Memorias y narrativas en el espacio autogestivo Caleidoscopio Galería Taller podrá visitarse hasta los últimos días de 2025.