Dolores Montoya Galguera, presentó durante 35 años la obra Bienvenido Conde Drácula

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Aarón Vite Grajales, resalta que la necesidad de querer reír es del público.

“La forma de hacer teatro de Lola Montoya (1948-2022), o el mecanismo a lo que ella basaba todos sus ejercicios teatrales estaban cimentados en el habla popular, en el modismo y en el doble sentido que puede ser diferente al doble sentido del centro o norte del país”, menciona en entrevista Aarón Vite Grajales, coordinador de la Dirección Escénica del Grupo de Teatro Calmecac.
Dolores Montoya Galguera presentó por más de 30 años la obra Bienvenido Conde Drácula, una obra basada en la novela de Bram Stoker, que convocaba a las y los tuxtlecos a la risa, a la comedia, al teatro. Las mil 200 butacas permanecían ocupadas por espectadores y espectadoras que encontraban en esta obra elementos característicos de su identidad.
Ante esto, el entrevistado considera que ella generaba un rescate de palabras que están en desuso, puesto que, era notorio que había un tipo de recelo a la utilización de determinadas palabras “porque era considerador un español un tanto vulgar”.
“Este tipo de lingüística se lleva a cabo en una serie de situaciones que nos compete al entorno de Chiapas, amén al tinte político u hecho social que se vive en el momento. Las funciones de Lola fueron diferentes porque había sucesos diferentes”, comparte.
Sin embargo, agrega que una buena parte de su trabajo en la dramaturgia se basa en el anecdotario popular a través de las aportaciones de compañeros de la agrupación, como ciertas leyendas urbanas de Tuxtla con relación a personajes que fueron legendarios dentro de la ciudad capital.
“Si nos preguntamos ¿existe el teatro en Chiapas? o ¿existe un teatro netamente chiapaneco? ¿Ser chiapaneco es ser de Sancris o Tapachula? Ella hacía teatro con identidad chipaneco de la capital de Tuxtla Gutiérrez”, indica.
A decir sobre la comedia, el también actor dice que con Lola tenían claro que la comedia se hace enserio, ya que motiva a caer al llanto pero de felicidad.
Ante esto, destaca que el público necesita tener un aspecto más amplio, “si tú ves la dramaturgia local, tiene que ver con mucha problemática social que necesita ser denunciada y visibilizada, a la par hay otro tipo de problemática que se puede trabajar pero que a veces la limitamos porque no tiene la trascendencia violenta o social que sea tan perjudicial para la sociedad, pero sí deja un precedente”.
Aarón Vite Grajales, resalta que la necesidad de querer reír es del público, ya que si llega mucha gente a una función o temporada teatral es porque hay una necesidad de comedia, “llenar un teatro de mil 200 butacas, salir a recibir aplausos, la vibra es impresionante. Muy pocos actores tienen la oportunidad de recibir esa energía”.