La agrupación del Inbal interpretó obras de Gustav Holst, Ralph Vaughan Williams y William Walton, en la Sala Manuel M. Ponce
Karla Gómez NOTICIAS
La Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), bajo la batuta huésped de Rodrigo Elorduy, ofreció el programa 3 de su segunda temporada 2024, denominado Tríptico musical, integrado por las obras A Moorside Suite, de Gustav Holst; Concerto Grosso, de Ralph Vaughan Williams; y Sonata para orquesta de cuerdas, de William Walton, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El concierto inició con A Moorside Suite, obra escrita originalmente para banda de metales. Fue encargada por la BBC y el Comité del Festival Nacional de Bandas de Metal en 1927, para la final de los Campeonatos Nacionales de Bandas de Metal de Gran Bretaña de 1928 (en Crystal Palace). La suite consta de tres movimientos: Scherzo, Nocturno y Marcha.
El biógrafo de Holst, Michael Short, señala que la suite presenta muchas de las características distintivas del compositor maduro: “Desde los saltos del scherzo de apertura, hasta las vigorosas cuartas melódicas de la Marcha final, el Nocturno intermedio tiene un parecido familiar con la lenta procesión de Saturno, de la suite Los planetas”.
Posteriormente, interpretaron el Concerto Grosso, de Ralph Vaughan Williams: obra para orquesta de cuerdas compuesta originalmente en 1950 para ser interpretada por las Escuelas Rurales de la Asociación Musical, bajo la batuta de Adrian Boult.
La pieza es singular ya que la orquesta se divide en tres secciones, según la habilidad: Concertino (avanzado), Tutti (intermedio) y Ad Lib (principiante), que solo toca cuerdas al aire. La pieza está dividida en cinco movimientos, con una duración aproximada de 14 minutos.
Por último, ofrecieron al público la Sonata para orquesta de cuerdas, de William Walton: compositor inglés que no escribió gran número de obras, pero su catálogo abarca la mayoría de los géneros con bastante éxito, incluida la música de películas. Su Sonata para cuerdas fue compuesta en 1971.
Su estilo, influido por Stravinski, Sibelius y el jazz, se caracteriza por una gran vitalidad rítmica, una agridulce armonía y una sabia conjunción de melodía romántica y brillante orquestación.
Foto: Karla Gómez
Pie de foto: El concierto inició con “A Moorside Suite”, de Gustav Holst: obra escrita originalmente para banda de metales.