Feligreses iban cargando al Santísimo adornado de flores de mayo y con olor a sahumerio

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda – Suchiapa tiene su propia música.

A 21 kilómetros de distancia de Tuxtla Gutiérrez, se encuentra Suchiapa, localidad que aún preserva sus costumbres y tradiciones de acuerdo al calendario festivo que lo rige, elementos que resaltan su identidad cultural. Colinda al norte de la capital; al este con el municipio de Chiapa de Corzo; al sur con los municipios de Chiapa de Corzo y Villaflores; al oeste con los municipios de Villaflores, Ocozocoautla de Espinosa y Tuxtla Gutiérrez.

La tarde tiene un olor a sol. Suchiapa tiene su propia música, aquella que termina de cantar desde el cielo y se esparce por sus rincones. La gente camina, algunas con prisa, otras más, olvidadas del horario humano, se dejan llevar por la armonía de la naturaleza. Es día del último ensayo. Es día de vivir la fe, el servicio y la devoción al Santísimo Sacramento.

En diferentes casas los danzantes se preparan para presentarse ante vecinos y familiares. Verifican su vestimenta y los elementos que le harán representar a uno de los personajes de la Danza del Calalá: Gigante, Gigantillo, Venado, Reinita, Tigres y Chamulas.

Aunque la presentación formal es a las 16:00 horas, desde temprana hora del domingo, las casas tienen niebla. De un sahumerio de barro brota el humo producido por carbón o leña y se perfuma de incienso. Se protege al traje, al danzante, a la casa, a la ritualidad. También hay risas, ojos llenos de fiesta, rostros que guardan también una memoria, un eterno suspiro.

Como en la casa de Emilio Llaven, un joven de 16 años que, por primera vez, participa en esta tradición. Será un Tigre. Él como muchos otros, se enlistó para representar a un personaje de la danza tradicional. Días previos al Corpus Christi, Jorge Grajales le enseñó los pasos y le pintó su vestimenta.

Emilio tomó su máscara y dejó de ser él, para convertirse en un elemento de la ritualidad e identidad cultural. Frente al altar, que está en la sala de su casa, empezó a danzar en compañía del tambor y carrizo.

«A los Tigres se les considera guardianes del Gigante y del Santísimo. Usan traje de manta confeccionado de una sola pieza en color amarillo. Remata en los pies con unas plantillas de piel rústica y dura, material que también se usa para rodilleras. En ese traje se imprimen semicírculos negros enlazados, que simulan una letra ese, como representación de las manchas del jaguar, hechos con moldes de madera. En la espalda llevan dibujada la imagen de la custodia», menciona la investigadora Yolanda Palacios en el libro El Santísimo como Encanto. Vivencias religiosas en torno a un ritual en Suchiapa.

De esta forma Emilio danzó en la Topada del Santísimo Sacramento hasta llegar a la Cofradía. Ahí feligreses iban cargando al Santísimo adornado de flores de mayo y con olor a sahumerio. Ahí sucede el ritual más importante del pueblo.