Tatiana Matuz, comparte su proceso al tallar la madera de cedro

Isabel Nigenda  Noticias

Foto: Isabel Nigenda.  – Tatiana Matuz, talladora de madera.

Anualmente, en enero, el pueblo mágico de Chiapa de Corzo celebra la Fiesta Grande, fiesta tradicional que se conforma de música, danza, artesanías, ceremonias religiosas y entre otras manifestaciones que se realizan en honor al El Señor de Esquipulas, San Antonio Abad y San Sebastián. 

Uno de los personajes representativos de la Fiesta Grande de Enero, son los parachicos, danzantes tradicionales que son reconocidos por su indumentaria y las máscaras de madera, las cuales son hechas por talladores de máscaras de Parachico, quienes residen en Chiapa de Corzo.

De forma paulatina, el oficio de tallador de máscaras de Parachico ha dado paso a las mujeres, como Tatiana Matuz, quien, tras ver varias imágenes, toma entre sus manos un trozo cuadrado de madera de cedro, el cual, poco a poco, con las herramientas adecuadas y paciencia, plasma un bosquejo de sus intenciones, las cuales se traducen en crear una máscara de Parachico.  

“En el 2018, mi maestro Domingo me invita a participar en el concurso de Laca. Yo nunca había entrado a concursar, por lo que en aquel entonces me sentía muy nerviosa, ya que estaba empezando, apenas tenía dos años de experiencia, por lo que no quería entrar al concurso. Sin embargo, mi maestro me motivó y me dijo que concursara no con la intención de ganar sino de participar, para sentir que yo podía hacerlo”, rememoró.

Pese a los nervios, ese año, Tatiana Matuz ganó la mención honorífica en tallado de máscara diversa.  

En el transcurso de la entrevista la talladora presenta su máscara, la cual se niega a vender, pues el valor simbólico y personal que aquella máscara junto a otras que conserva no posee un precio.  

Precisamente, entre las máscaras que conserva se encuentra la primera que realizó en el taller que cursó en el Centro Cultural Ex Convento Santo Domingo. Tatiana Matuz cuenta que ella ingresó al taller en el 2016, con la intención de hacer una máscara de parachico para regalarsela a su esposo, gesto que la llevó a conocer aquella habilidad que en la actualidad continua.

“Todo empezó siendo parte de querer darle a mi esposo algo hecho con mis propias manos, y seis años después sigo tallado. Todo ha sido una combinación que inició de querer darle una sorpresa a mi esposo y mis ganas de no quedarme no solo en el aprendizaje”, comentó.