Karla Gómez NOTICIAS

En una noche envuelta en la magia del Palacio de Bellas Artes, Damián Ortega, reconocido como el alma misma de México por la prensa internacional, desplegó ante una audiencia expectante el catálogo de su más reciente exposición: «Damián Ortega: Pico y elote». Este evento, que marcó el cierre de un capítulo de 30 años de creatividad incesante, se erigió como un hito cultural en el corazón de la capital mexicana.
Presentado en el venerable Área de Murales del Palacio, el catálogo fue objeto de análisis por parte de figuras destacadas en el ámbito cultural. Aurora Gómez y Julieta González, acompañadas por el periodista Guillermo Osorno, ofrecieron sus reflexiones, moderadas por Joshua Sánchez, sumergiendo a la audiencia en un diálogo profundo sobre la esencia misma de la obra de Ortega.
Para Aurora Gómez, la exposición despierta la inquietud inherente al equilibrio entre naturaleza y tecnología, entre conocimiento y sabiduría ancestral. Su mirada aguda y sensitiva nos invita a contemplar la obra no solo como piezas individuales, sino como una sinfonía que nos conecta con nuestras raíces y con el mundo que habitamos.
Julieta González, investigadora incansable, ilumina la obra de Ortega desde una perspectiva histórica y política. Al retomar al maíz como eje central, el artista nos sumerge en la compleja trama de una economía y cultura nacionales, especialmente relevante en tiempos de tratados comerciales y globalización.
Por su parte, Guillermo Osorno nos brinda acceso privilegiado a la mente del artista a través de una profunda entrevista plasmada en el catálogo. En sus palabras, Ortega emerge como un visionario que, ante los embates de la globalización, busca en su propia herencia y contexto cultural las respuestas a los desafíos contemporáneos.
La exposición, como nos recuerda Ortega, es mucho más que un mero ejercicio estético; es un acto político, una declaración de identidad y resistencia. Cada pieza, cuidadosamente concebida, es un llamado a la reflexión y la acción, una invitación a explorar nuestras raíces y reimaginar nuestro lugar en el mundo.
La presentación del catálogo no solo fue un evento cultural de relevancia, sino también un testimonio del compromiso continuo del Palacio de Bellas Artes y la Fundación Jenkins con el arte y la cultura. Como expresaron Alejandra de la Paz y Alejandra Lerdo de Tejada, este libro se suma a una colección que trasciende el tiempo y el espacio, invitándonos a contemplar el mundo desde múltiples perspectivas y a descubrir la belleza en la diversidad.
En última instancia, «Damián Ortega: Pico y elote» es mucho más que una exposición; es un viaje emocional y conceptual que nos invita a cuestionar, reflexionar y, sobre todo, a celebrar la riqueza de nuestra identidad mexicana en toda su complejidad y profundidad.

Foto: Cortesía
Pie de foto: «Damián Ortega: Pico y elote» es mucho más que una exposición; es un viaje emocional y conceptual.