Según relata el arqueólogo Arturo Montero García, el actual momento eruptivo del Popocatépetl comenzó hace casi 30 años

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Cortesía. – El Popocatépetl, la segunda montaña más alta de México y parte del Eje Volcánico Transversal.

La historia de la ciudad de Tenochtitlan y el proceso civilizatorio en el Altiplano Central de México no puede entenderse sin la presencia del imponente volcán Popocatépetl. Este coloso, que se eleva a 5,400 metros sobre el nivel del mar, ha sido testigo de diversos eventos que han dejado huella en la cultura y la historia de la región.
Según relata el arqueólogo de alta montaña Arturo Montero García, colaborador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el actual momento eruptivo del Popocatépetl comenzó hace casi 30 años, pero los seres humanos presenciaron por primera vez una de sus erupciones hace aproximadamente 14,000 años.
El Popocatépetl, la segunda montaña más alta de México y parte del Eje Volcánico Transversal, ha sido un elemento geológico y ambiental que ha dividido las regiones de Centroamérica y Norteamérica. Su actividad volcánica ha generado suelos fértiles que permitieron la prosperidad de las aldeas desde el primer siglo de nuestra era.
En el pasado, las erupciones del Popocatépetl tuvieron un impacto significativo en las comunidades que habitaban sus alrededores. Por ejemplo, en el año 750 d.C., una erupción depositó hasta 30 centímetros de ceniza sobre Cholula y se debate si los lahares, avalanchas de lodo volcánico, destruyeron la ciudad sagrada y provocaron su desocupación.
Uno de los eventos más destacados relacionados con el Popocatépetl ocurrió en el año 1 Caña (1363 d.C.), cuando el volcán hizo erupción coincidiendo con la muerte de Tenoch, el dirigente que consolidó el Estado mexica. En ese momento, Acamapichtli, su sucesor y primer tlatoani de los mexicas, decidió rendir homenaje a Tenoch cambiando el nombre de la ciudad, Cuauhmixtitlan, a Tenochtitlan.
El nombre «Popocatépetl» proviene de los términos nahuas «popoca» (humo) y «tepetl» (monte), haciendo referencia a las fumarolas del volcán. Sin embargo, en épocas antiguas, el volcán también fue conocido como Xiuhtépetl (el monte de fuego) y Xalliquéhuac (lluvia de arena), debido a los flujos de lava y la ceniza que caía del cielo.
El arqueólogo Arturo Montero sugiere que el Popocatépetl está relacionado con la arqueoastronomía. Realizó observaciones desde el Tlachihualtépel, en Cholula, y descubrió que los días 9 de marzo y 4 de octubre, fechas en las que se venera a san Gregorio de Niza y a san Gregorio Magno en el santoral católico, el sol alcanza el cenit y se oculta en la cumbre del volcán.