“El poemario inició como un proyecto el año pasado durante un taller con el maestro Ramón Iván Suárez Caamal”, comento Damaris Disner

Isabel Nigenda Noticias

Foto: Isabel Nigenda. Pie de foto: Damaris Disner, escritora del poemario “Malabarista de azotea”.

Los beneficios de crecer en compañía con un gato, son varias. Entre los beneficios está el poder disfrutar de las bondades de la complicidad, aquella cualidad que se refleja entre compañeros de juego, de escucha, de aquella cotidianidad que discurre entre la amistad; ecuación que suma el conteo de huellas felinas y los recuerdos de sentirse acompañado en la niñez.
Damaris Disner, creadora del poemario “Malabarista de azotea”, conoce aquella ecuación, aquel conteo de huellas felinas que hacen eco en algún techo de ciudad o que se aquietan en un rincón de alguna venta dispuesta a la aparición del sol naciente.
En entrevista, la escritora mencionó que “el libro es un poemario para leer desde la azotea de su casa o desde cualquier lugar. El poemario inició como un proyecto el año pasado durante un taller con el maestro Ramón Iván Suarez Caamal”.
Precisamente, fue la forma lúdica de compartir la poesía del cuentista y autor de varios poemarios que llevó a Damaris Disner a experimentar desde el gozo y el visibilizar la compañía felina.
“Porque creo que existen muchas personas que se identifican con estos animalitos tan hermosos y bondadosos que nos regalan siempre su sabiduría de estar en la paz, en la tranquilidad y viviendo el momento. Quise compartir este libro con la niñez, un público con el cual llevo varios años trabajando”, añadió.
Igualmente, la escritora señaló que el libro de 50 páginas se puede conseguir en la Galería Rodolfo Disner; en la Cafetería San Carlos, ubicada a un costado de la iglesia de Guadalupe; y en el Centro Pedagógico Braulio.
Los amantes de la lectura y de la poesía podrán encontrar en el trascurrir de las páginas una serie de poemas cortos que están acompañados de las ilustraciones de Ámbar Zoé Virgen Álvarez y Juventino Sánchez.
Finalmente, la escritora que dedica este libro a los gatos y gatas de su infancia que le reinventaron cada día acompañándola en la niñez desde el juego y la risa, señaló que el poemario es un libro que le apuesta a que la infancia encuentre un amigo o encuentre la complicidad en las palabras y en la poesía.
Y como dice la contraportada del libro “si aprendiste a maullar, antes que hablar, este libro es para ti. En cada poema y dibujo encontrarás bigotes y huellas traviesas”.