En este material de 35 páginas, la autora inicia hablando de las cualidades de los gatitos y termina haciendo una reflexión sobre el perderse, aventurarse y hacerse sabio con estas experiencias

Isabel Nigenda

Foto: Cortesía.
Pie de foto: El libro cuenta con una traducción al tseltal.

Un libro para Tanislovee es un testimonio de la vida misma. De igual forma, considera que es importante para los niños la lectura, «porque es la manera en que tienen de conocer otros mundos y otras visiones».

Debido a ello, habla sobre el libro El gatito perdido (Ch’ayem ch’in xawin, en tseltal), editado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, un texto de narrativa libre, el cual no es exactamente un cuento.

En este material de 35 páginas, la autora inicia hablando de las cualidades de los gatitos y termina haciendo una reflexión sobre el perderse, aventurarse y hacerse sabio con estas experiencias.

«La idea de hacer el libro surgió a raíz de haber perdido a mi primer gato, el cual adoptamos junto con mi hija hace más de 10 años. El gatito un día simplemente desapareció y no lo volvimos a ver. Entonces mi hija y yo quedamos súper tristes, deseábamos volver a sentir sus pelitos y sus juegos. Por ello, escribimos esta historia, para recordar a nuestro amigo gatito, para mostrar que en la vida hay muchos caminos, muchas opciones, a veces uno se pierde y en esas aventuras uno madura y se vuelve más sabio», comparte la escritora.

El libro pertenece a la serie Tz’ akbu Ajaw, cuenta con la traducción al tseltal de Adriana López, permitiéndose ser un libro bilingüe, el cual llega a lectores infantes, adolescentes y adultos.

«Este libro es una narrativa linda para infantes y una metáfora de la vida para los adultos», puntualiza.