Isabel Nigenda
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Desde hace siete meses, en el Teatro Francisco I. Madero, el Colectivo Mi Lindo Tuxtla, conformado por un biólogo, un maestro, un arquitecto, una licenciada en inglés y una doctora en Estudios Regionales exponen mes a mes temas concernientes con el rescate de la identidad cultural de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
En entrevista, Alejandra Peña Díaz, doctora en Estudios Regionales e integrante del colectivo, mencionó que el colectivo se conformó gracias a la convocatoria que realizó el maestro Manuel Zambrano. Desde entonces hasta la fecha, reunión tras reunión se han ido concibiendo como un grupo ciudadano que rescata la historia de Tuxtla Gutiérrez, pues consideran que el conocimiento y divulgación de la misma conforma un eje importante para construir ciudadanía y la participación ciudadana.
“Desde el colectivo lo que queremos es democratizar el acceso a la información y al conocimiento del patrimonio para que así todos compartamos lo que aún queda de nuestra ciudad para poder resguardarlo y para poder darle nuevos significados y nuevos símbolos a los elementos arquitectónicos que aún tenemos”, argumentó.
Asimismo, Alejandra Peña Diaz, señaló que de la Tuxtla que se fue, la tuxtla histórica y arquitectónica sólo quedan algunos vestigios, simbolismos y elementos patrimoniales que deben ser rescatados para así ser defendidos y poder construir una nueva historia.
Por tal motivo, como colectivo, buscan exponer temáticas en torno a la naturaleza, arquitectura, gastronomía, entre otras temáticas relacionadas con la historia de la ciudad.
Es así como en días pasados, realizaron la presentación: Modas de mi lindo Tuxtla, presentación que permitió a los asistentes conocer o evocar la historia textil de Tuxtla Gutiérrez, la misma que ha ido evolucionando con el paso de los años y de las modas lejanas que han permeado en las tintas varias de los hilos y atuendos con los que se han vestido los habitantes de la ciudad.
En el escenario, la presentación inició con la mención de la vestimenta zoque, los mismos que tenían trajes para la vida cotidiana y trajes de gala. Posteriormente, el grupo hizo referencia a aquellas prendas de vestir pertenecientes a distintas épocas históricas que repercutieron en las formas de vestir de los habitantes.
Tras la presentación, una idea fue clara, los vestuarios son más que prendas con las que enfrentamos los embates cotidianos, pues estos, al final del día reflejan nuestra identidad. En una osada frase, se puede afirmar que los colores y las telas dan cuenta de la época que nos viste como grupo social.
“La vestimenta es colectiva y esta va cambiando a partir de distintas revoluciones en la moda que tienen que ver con cuestiones internacionales, nacionales y locales”, concluyó Alejandra Peña Diaz.