Karla Gómez NOTICIAS
El mural La guerra y La Paz, obra del destacado muralista mexicano Gilberto Aceves Navarro, fue entregado al público tras su restauración en un evento que contó con la presencia de autoridades culturales y urbanas. La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), Dra. Lucina Jiménez López, encabezó la ceremonia, destacando la importancia de este esfuerzo conjunto para preservar el patrimonio artístico del país.
La obra, ubicada en la esquina de Eje 1, José María Alzate y Santa María la Ribera 119, fue restaurada como parte de un proyecto más amplio que abarcó la conservación de 127 murales en distintas partes de México, según explicó la Dra. Jiménez. «Es para mí un honor haber colaborado en esta etapa, en donde el presidente Andrés Manuel López Obrador puso tanto énfasis en el patrimonio», declaró. En sus palabras, este proyecto refleja el compromiso del gobierno federal con la preservación del legado artístico mexicano, en consonancia con el trabajo de los grandes muralistas que han marcado la historia cultural de todo el continente.
El evento contó con la presencia de figuras clave, como el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (Seduvi), Inti Muñoz Santini, y Juan Aceves, hijo del maestro Aceves Navarro. Juan Aceves aprovechó la ocasión para destacar el mensaje de paz y convivencia que su padre quiso transmitir a través del mural, recordando cómo el arte puede ser un poderoso mecanismo de humanización.
La Dra. Jiménez subrayó la relevancia del trabajo comunitario asociado a la restauración del mural, afirmando que este proyecto no solo se limitó a la recuperación de la obra en sí, sino que también se integró a un esfuerzo de educación artística comunitaria. “La participación ciudadana es fundamental en la preservación del espacio público”, aseguró, al tiempo que agradeció a las instancias que participaron en la restauración, como el Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) y el Taller de Mural.
Por su parte, Inti Muñoz celebró el esfuerzo interinstitucional entre el Inbal, la Seduvi y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, destacando la instalación de estructuras de vidrio para proteger el mural de la intemperie y otras posibles afectaciones. «El arte del muralismo ha evolucionado y sigue siendo parte del imaginario colectivo de la ciudad», añadió. Muñoz también resaltó que, gracias a la coordinación entre autoridades locales y federales, se ha logrado preservar el patrimonio cultural de la Ciudad de México con una visión integral que abarca murales, esculturas y edificaciones.
El evento concluyó con un emotivo discurso de Juan Aceves, quien evocó las palabras de su padre al presentar La guerra y la paz. En su mensaje, Gilberto Aceves Navarro reflexionaba sobre la necesidad de encontrar formas pacíficas para resolver las diferencias humanas y subrayaba la relevancia de su obra en el contexto actual de violencia. «Este mural es un regalo pensado específicamente para esta comunidad», afirmó Juan Aceves, quien destacó que los esfuerzos realizados por las instituciones participantes refuerzan la relevancia contemporánea del legado de su padre.
La entrega de La guerra y La Paz no solo marca la culminación de un importante proyecto de restauración, sino también un recordatorio del poder transformador del arte en tiempos de crisis.
Foto: Cortesía
Pie de foto: El evento concluyó con un emotivo discurso de Juan Aceves, quien evocó las palabras de su padre al presentar La guerra y La Paz.