Celebración de los 90 años del Palacio de Bellas Artes

Karla Gómez NOTICIAS

El Palacio de Bellas Artes, ícono de la cultura mexicana y uno de los recintos artísticos más emblemáticos del país, celebró su 90 aniversario con una espectacular gala conmemorativa este domingo 29 de septiembre. La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) organizaron una serie de eventos que destacaron lo mejor del arte y la música mexicana, reforzando el compromiso del recinto con la inclusión, la igualdad y la diversidad en el acceso a la cultura.

Gracias al apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Palacio de Bellas Artes llevó a cabo un importante programa de modernización de su sistema eléctrico, garantizando la preservación del edificio para las generaciones futuras. Este esfuerzo fue esencial para asegurar que el emblemático edificio, declarado patrimonio del pueblo de México, continúe siendo un centro de excelencia artística tanto a nivel nacional como internacional.

La gala conmemorativa estuvo protagonizada por dos de las instituciones culturales más importantes del país: la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández. Desde el inicio del evento, el público se unió al júbilo de la celebración, emocionado por la oportunidad de presenciar una velada única en uno de los escenarios más majestuosos de México.

La OSN inició el programa con dos piezas emblemáticas de la música mexicana: México (galopa) de Ángela Peralta, orquestada por Arturo Márquez, y la icónica Sinfonía india de Carlos Chávez. Estas obras prepararon el terreno para la aparición del Ballet Folklórico, que deslumbró a los asistentes con la vibrante ejecución de Sensemayá de Silvestre Revueltas. La combinación de música y danza en escena generó un ambiente de fiesta y celebración, lleno de colores y ritmo, que conectó con el corazón del público.

Uno de los momentos más memorables de la gala fue la interpretación de Sones de mariachi de Blas Galindo, donde el Ballet Folklórico brilló con sus vistosos trajes tradicionales, mostrando la riqueza de las diversas regiones de México. La pieza, llena de energía y vitalidad, fue acompañada por el entusiasmo del público, que no dudó en aplaudir al ritmo de la música.

El programa también incluyó composiciones que reflejan la riqueza cultural y la influencia internacional en la música mexicana. Obras como el Danzón Nereidas de Amador Pérez Dimas y el Popurrí Pérez Prado de Dámaso Pérez Prado cautivaron a la audiencia con sus melodías llenas de sabor tropical, mientras que la interpretación del Huapango de José Pablo Moncayo por la OSN hizo vibrar las paredes del histórico recinto, reforzando el legado del nacionalismo musical.

La soprano María Katzarava deleitó al público con su interpretación de Si nos dejan de José Alfredo Jiménez, mientras el Ballet Folklórico reaparecía con una puesta en escena que llenó de vida los pasillos de la Sala Principal. Entre aplausos y vítores, los asistentes disfrutaron de uno de los momentos más emotivos de la noche cuando la OSN interpretó las tradicionales Mañanitas y Viva México, cerrando la velada con una ovación generalizada.

La directora general del Inbal, Lucina Jiménez, subió al escenario junto a subdirectores y directores artísticos para agradecer al público por su participación y dar por concluida la celebración de los primeros 90 años del Palacio de Bellas Artes. Jiménez destacó el papel del recinto como un símbolo de la cultura mexicana, comprometido con el acceso equitativo a las expresiones artísticas para todos.

Previamente, al mediodía, la OSN bajo la batuta de Ludwig Carrasco abrió las festividades con la Obertura festiva del compositor mexicano Carlos Vidaurri, una pieza especialmente dedicada al Palacio de Bellas Artes. El programa también incluyó el reestreno de la Suite del ballet Corrida de feria del español Salvador Bacarisse, y la impresionante La vida de un héroe de Richard Strauss, que había sido interpretada en el recinto en 2008.

Con esta celebración, el Palacio de Bellas Artes reafirma su posición como el epicentro de la cultura en México, un espacio donde convergen las tradiciones y la modernidad, y donde el arte continúa siendo un vehículo de inclusión y expresión para todos los mexicanos.

Foto: Cortesía

Píe de foto: Modernización y compromiso con el futuro.