Ana Liz Leyte NOTICIAS

Ernesto Rojas García, es un zapatero tuxtleco que se encuentra dentro del Mercado 5 de mayo en Tuxtla Gutiérrez, de lunes a viernes acude a su pequeño local marcado con el número 30 para reparar el calzado de la población que reclama sus servicios.
Don Ernesto, forma parte del millón 663 mil 212 (69.9 por ciento), chiapanecos y chiapanecas que trabajan en la informalidad, es decir, que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica ya que su vínculo o dependencia no se reconoce por su fuente de trabajo.
Se ha dedicado a esta actividad por más de 30 años y aunque disfruta su actividad y las percepciones que obtiene de ella le han permitido llevar el sustento a su hogar, nunca ha contado con servicio médico o derecho a un crédito hipotecario… mucho menos recibe aguinaldo o Reparto de Utilidades.
“Gracias a Dios siempre nos ha ido más o menos, pero en estas fechas ha estado muy bajo… aunque sea humildemente pero ahí vamos”.
Sin embargo, asegura que este trabajo es muy noble, pues ayuda a la población y también cuida de su economía, pues muchos de sus clientes prefieren reparar su calzado a comprarse uno nuevo para ahorrar dinero.
«Ahorita como está la situación en vez de comprar zapatos hay formas de arreglarlo, recuperarlo, no gasta la cantidad que van a gastar si compra uno nuevo».
Trabajos que van desde pintar el calzado en una parte dañada, hasta cambiar por completo su color, son algunos de los tantos trabajos que este zapatero puede lograr.
«Tacones, zapatos de mujer, si usted va a una fiesta y tiene un zapato color beige o blanco, lo puede combinar el color de su ropa, lo cambia no más y no compra nuevo, ya ve que está caro».
Aunque este empleo le retribuye muy poco, don Ernesto asegura que, con el apoyo del gobierno federal, puede solventar sus gastos actuales, por lo que dejar este oficio al que se ha dedicado por tres décadas, ya no es una opción.
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Ernesto Rojas García es un zapatero tuxtleco que se encuentra dentro del Mercado 5 de mayo en Tuxtla Gutiérrez.
Foto. Ana Liz Leyte