Daniela Grajales NOTICIAS

La mayor parte de las aguas residuales pasan por alguna de las plantas de tratamientos residuales: Paso Limón, Tuchtlán, El Jobo, Copoya, Tres Marías y Real del Bosque. – Foto: Daniela Grajales

En la capital chiapaneca, la mayor parte de las aguas residuales pasan por alguna de las plantas de tratamientos residuales: Paso Limón, Tuchtlán, El Jobo, Copoya, Tres Marías y Real del Bosque.
Cabe mencionar que sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Paso Limón, dio a conocer que esta recibe las aguas residuales de toda la parte Oriente de la ciudad, Norte y Sur, trasladándola a través de la infraestructura de alcantarillado sanitario, los colectores y subcolectores, así como toda la red que en la ciudad hay.
Este sistema agarra las volumen de agua residual desechada por el usuario después de su uso que vienen de las casas, comercios e industria que existen, trasladándolas hasta este punto de tratamiento para después, una vez tratada, el agua residual se devuelva al río Sabinal, que posteriormente llega al río Grijalva.
Los procesos de tratamiento de las aguas residuales se hace a través de la remoción de la carga orgánica, desde la remoción de los sólidos, a través de las rejillas de desbaste, los procesos primarios y secundarios de tratamiento.
“Esta es una planta de filtros percoladores, acá tratamos los lodos que se generan como subproducto del tratamiento y se suman los de la PTAR Tuchtlán, la cual está en el poniente de la ciudad y trata las aguas de ese lado”.
La capacidad instalada de tratamiento es de 800 litros por segundo, pero a lo largo del día existen variaciones del flujo que llega a la planta, debido a que las actividades que hay en la ciudad son diversas.
“Hay quienes están en su casa por la mañana, hay quienes trabajan en la mañana, y todas estas actividades hacen que varíe en la temporalidad del día y de la semana”.
El director de Saneamiento dijo que para lo anterior se tiene que garantizar el cumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM), que tienen como ente regulador a la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Señala en especial que existe una norma que es obligatoria para su cumplimiento, la cual es la NOM-001-SEMARNAT-2021, la cual establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales; la cual se tornó un poco más estricta a partir del 3 de abril del año en curso. Ese es el parámetro de cumplimiento.
“Nosotros garantizamos, a través de análisis de un laboratorio acreditado, el cumplimiento a esta norma y la observancia es de la Conagua y que nosotros estemos dando cumplimiento a la norma”.
Con relación a los biosólidos, explicó que básicamente son los lodos que se generan como subproducto de los procesos de tratamiento, pero ya estabilizados, es decir, ya no representan un riesgo para el medio ambiente.
El Smapa está obligado a demostrar su cumplimiento y se hace a través de la supervisión por parte de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa); en las revisiones no se han tenido problemas por el cumplimiento y la calidad de los biosólidos.