Sergio García CORRESPONSAL / NOTICIAS

El fenómeno migratorio genera diversos trastornos psicológicos en los migrantes pues se enfrentan a un duro proceso de adaptabilidad y constante rechazo por las poblaciones a donde llegan. – Foto: Sergio García

Tapachula.- El fenómeno migratorio genera diversos trastornos psicológicos en los migrantes pues se enfrentan a un duro proceso de adaptabilidad y constante rechazo por las poblaciones a donde llegan.
De acuerdo al psicólogo, Luis Enrique López González, no sólo las personas en movilidad se enfrentan a problemas propios de la migración, las personas locales, aquellos que se convierten en receptores de migrantes, se enfrentan a altos niveles de ansiedad y depresión que poco a poco sobrepasa su capacidad de aceptación y adaptación a los flujos migratorios.
Las personas que quedan varadas en nuestra ciudad, también generan problemas psicológicos en la población local, porque al ver todos los días a los migrantes en situación de calle, vulnerables, familias en el abandono en cualquier punto de la ciudad, inconscientemente, generan cierto malestar en la población tapachulteca.
El director del Centro Soluciones de Vida, enfatizó, que actualmente, la ciudad de Tapachula vive quizás, la mayor de las crisis migratorias en donde los espacios públicos de su ciudad ya no pueden ser utilizados por la población local.
Señaló que para las personas locales, ver a una persona sana físicamente, pidiendo dinero en las calles o tirada en las banquetas con el paso del tiempo le genera un sentir de impotencia y depresión.
“Te deprimes como persona ver a un ser humano bien físicamente pidiendo dinero, acompañados de sus hijos o verlos buscar alimento entre la basura es demoledor y todo eso en el subconsciente colectivo provoca un sentir de estancamiento entre la ciudadanía”.
El especialista, aseguró, que todavía no es un problema de salud mental con incidencia alta en la población, pero, continuar con estos patrones de ver la conducta depresiva de los migrantes como consecuencia de la falta de atención, en 2 o 3 años este problema sin duda será más grave.
La crisis migratoria que se vive en la ciudad, es tal que a donde quiera que vaya una persona local, es testigo de escenas complicadas que involucran a migrantes.
Y conforme avanza el tiempo será más difícil afrontar el problema; pues ya se han dado casos de enfrentamientos entre locales y migrantes empujados por la irá, el estrés, la ansiedad y malestar generalizados por esta obligada convivencia diaria.