David Abel Hernández CORRESPONSAL / NOTICIAS

Simojovel de Allende.- Pese al clamor del pueblo católico quien a través de peregrinaciones piden a los tres niveles de gobierno su intervención para combatir las cantinas en la cabecera municipal, hasta la fecha no han sido escuchados, por el contrario, siguen abundando.
Desde más de una década, las cantinas clandestinas con venta de drogas y prostitución se establecieron en el municipio y fue precisamente el clamor del párroco Marcelo Pérez, quien se caracterizó por su lucha al combate de este mal que se convirtió en un cáncer.
En cada barrio de la cabecera municipal se sitúan de tres a cuatro cantinas y todas marchan sin pudor ni temor de la autoridad, la venta de drogas y prostitución es el negocio fuerte en el interior de las tabernas.
Hace apenas unos días, el pueblo católico representado por el párroco Miguel Ángel Hernández Aguilar encabezó una peregrinación para pedir la intervención de las autoridades estatales y federales, pero no fueron escuchados.

PIE DE FOTO:
La demanda de cerrar cantinas en la cabecera municipal, hasta la fecha no ha sido escuchada, por el contrario, siguen abundando.
Foto. David Abel Hernández